El lunes comenzó a regir el nuevo cese el fuego en Siria acordado por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su par ruso, Sergei Lavrov, tras meses de negociaciones. El acuerdo establece una tregua de una semana y la posterior renovación cada 48 horas si esta se cumple. Además, se precisa que de concretarse el fin de las hostilidades durante los siete días iniciales, las fuerzas rusas y estadounidenses comenzarán a trabajar juntas para coordinar ataques contra el Frente Al Nusra y el Estado Islámico, que aún operan en Siria.
Las esperanzas sobre el éxito del cese el fuego aún son relativas, porque no es la primera vez que se alcanza un acuerdo similar. El último se anunció hace siete meses, pero sólo duró unas pocas semanas. La apuesta esta vez está en avanzar hacia una cooperación militar concreta entre Rusia y Estados Unidos, dejando atrás las desconfianzas entre ambos países. Todo ello depende, sin embargo, de que Moscú y Washington puedan controlar efectivamente a sus aliados en terreno: el régimen de Basher Assad, por un lado, y los grupos rebeldes de la oposición, por el otro.
Hasta ahora las señales han sido positivas, pese a las dudas inicialmente de la oposición y del régimen. El enviado especial de la ONU dijo que desde el lunes hay una “reducción significativa de la violencia y la calma parece haber prevalecido a lo largo de Hama, Latakia y Alepo”. Pese a ello, la propia misión de la ONU advirtió de problemas para el ingreso de camiones con ayuda humanitaria a Alepo, algo que estaba contemplado en el acuerdo. Es de esperar que el tema se solucione pronto, porque en esa ciudad, 250 mil personas requieren ayuda urgente.
Desde que comenzó la guerra civil en Siria, el conflicto ha dejado casi 300 mil muertos, cinco millones de refugiados y más de seis millones de desplazados en un país de 22 millones de personas. Además, 1 de cada 10 sirios ha sufrido heridas a causa del conflicto y más de 13 millones de habitantes requieren ayuda humanitaria, según cifras de la ONU. Ante este dramático panorama cabe esperar que este nuevo cese el fuego sea efectivamente el primer paso hacia un acuerdo de paz definitivo.





