Entre microbiólogos, enfermeras y médicos exhaustos, el australiano Daniel Berehulak disparó su cámara. También captó supervisores de higiene, sepultureros y gente que luchó por seguir con vida mientras lloraba a sus muertos. Al fondo, el desastre. Pero está la esperanza. El 31 de octubre publicó en su Twitter: “Es un privilegio compartir las historias de estos valientes y dedicados trabajadores #Ébola y sobrevivientes”. Berehulak, del diario The New York Times, ganó el Pulitzer por su cobertura del brote de ébola que el año pasado castigó al África occidental.
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