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Doctora del IMSS fingió secuestro y tortura: PGJ

 

MÉXICO, D.F. (apro).- La Procuraduría General de Justicia de Michoacán (PGJ) reveló hoy que la doctora del IMSS en Zamora, Mere Balanzar Esquivel, armó todo el montaje del secuestro, tortura y heridas en manos, glúteos, senos y vientre para llamar la atención de su novio.

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A esa conclusión llegó la dependencia, luego de 28 declaraciones ministeriales, 15 dictámenes periciales y 10 inspecciones, por lo que anunció que ejercerá acción penal contra la médico residente familiar de Oportunidades, asignada a la Unidad Médica Familiar del IMSS en Zamora.

En conferencia de prensa, el procurador José Martín Godoy Castro dijo que la doctora cayó en múltiples contradicciones en sus declaraciones. “La doctora tiene problemas psicológicos y fue un montaje para perjudicar a su pareja, hecho que la misma profesionista reconoció”, señaló.

Según el procurador, la doctora atravesaba “un momento difícil” con su pareja, quien vive en Minatitlán, Veracruz, lo que al parecer orilló a la mujer a fingir un secuestro y así obligar a su novio a ir a Zamora para reunirse con ella.

Para simular el secuestro, la doctora adquirió distintos chips telefónicos mediante los que hizo llamadas a su expareja para decirle que estaba secuestrada y sometida a tortura.

Tras investigar el teléfono celular, la dependencia estatal determinó  que las llamadas se habían hecho desde un hotel de la Ciudad de México y que el aparato era propiedad del hijo de la víctima.

En el mismo hotel donde se hospedó con un nombre falso la doctora se hizo algunas cortadas en los senos y se produjo una incisión en el pubis que ella misma suturó, empleando un tubo de metal y navajas de afeitar, detalló el procurador.

Cuando regresó a Michoacán, Balanzar Esquivel compró la cadena y demás materiales con los que se amordazó y ató de pies y manos, afirmó la PGJ.

Las investigaciones de la PGJ revelaron que tras una serie de mensajes infructuosos, la mujer se dirigió a una casa abandonada en la ciudad de Zamora. Antes adquirió el candado, la cadena, un frasco de pintura vinil, cinta canela y una brocha.

“Se hizo una herida cortante en el glúteo y con la sangre manchó su pantalón. Se amarró los pies, los ojos y la mano izquierda con cinta canela, para luego ella misma sujetarse con una cadena a una estructura metálica. De inmediato pidió auxilio con los resultados ya conocidos”, explicó Godoy.

Con la pintura vinílica escribió en la mampara metálica el mensaje de amenaza a sus colegas por una presunta venganza de un parto mal atendido, no con sangre como se había dicho al inicio. El mensaje decía: “Siguen los demás ginecólogos que mataron a mi hijo”.

Cuando fue hallada el 6 de agosto en un inmueble ubicado en la colonia Las Fuentes, a unos metros de la clínica donde laboraba, la doctora aseguró haber sido secuestrada y atacada por una supuesta venganza por un parto mal logrado.

Además, dijo a los agentes ministeriales que la incisión que le habían hecho sus supuestos victimarios en el vientre había sido para extraerle un producto de 14 semanas de gestación.

Sin embargo, los ultrasonidos y estudios clínicos descartaron que estuviera embarazada. La herida ni siquiera había llegado a la cavidad del útero, afirmó la PGJ de Michoacán.