El alcalde de Roma, Ignazio Marino, pidió el viernes que elFeyenoord o el estado holandés paguen los daños causados en la ciudad después de que los aficionados del club holandés arrasaran la famosa Pizza di Spagna.
«El que rompe debe pagar. Alguien tiene que aceptar la responsabilidad, ya sea el club de futbol o Holanda», dijo Marino a la cadena estatal de televisión RAI.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, dijo que las autoridades deberían imponer duras sanciones a los aficionados violentos.
El vicepresidente tachó el comportamiento de los revoltosos como «un signo de barbarie y brutalidad»
La plaza y su emblemática escalera quedaron cubiertas de botellas de cerveza y otros desperdicios, mientras que la recién restaurada fuente Barcaccia resultó dañada en los enfrentamientos registrados antes del partido del jueves por la Europa League en Roma, que terminó con un empate 1-1. Varios agentes de policía resultaron heridos y la agencia de noticias ANSA indicó que seis seguidores del Feyenoord fueron detenidos.
El miércoles, 23 aficionados del Feyenoord fueron detenidos tras causar problemas en otra zona céntrica.
«Fue una guerra urbana«, afirmó Marino.







