Retomara actividades la Iglesia Católica en Colima

  • Podrán llevarse a cabo misas con el 50 por ciento de capacidad de feligreses y con medidas sanitarias

La Diócesis de Colima, a través de un comunicado para sus sacerdotes, informó que después de que la pandemia obligo a los templos e iglesias a parar actividades, consideran tiempo prudente para retomar actividades propias de la vida parroquial, tomando en cuenta todas las medidas sanitarias previstas, como uso de cubrebocas, gel desinfectante, toma de temperatura y sobre todo mantener la sana distancia.

El Obispo Marcelino Hernández Rodríguez, señaló que ve oportuno y necesario poder continuar las actividades pastorales con prudencia y con diligencia, así como otras organizaciones gubernamentales lo han estado haciendo.

Pues indicó que sabedores que son parte fundamental en la sociedad y la Iglesia no puede quedar relegada como institución no indispensable para el bien de la sociedad. “Por la fe sabemos que es mucho lo que podemos hacer por las comunidades que sufren y experimentan la necesidad. Estamos seguros que, al sentir la presencia de Dios más cerca de ellos y el acceso a los sacramentos, con los debidos cuidados, ellos y cada uno de nosotros experimentaremos la fuerza de Dios que no abandona a su pueblo en medio de los peligros”.

Es por ello que recomendó que: la celebración de la Santa Misa, sea con una pequeña participación de fieles que puedan guardar la sana distancia (50 por ciento de la capacidad conforme los criterios de sana distancia; la brevedad de los ritos), y participen siguiendo los protocolos de sanidad: medidor de temperatura, uso del cubre bocas y gel antibacterial.

También se retome el acompañamiento espiritual y la asistencia en las confesiones. El servicio de la catequesis según las posibilidades de cada comunidad, (catequesis en línea). La celebración de los sacramentos y demás celebraciones y ejercicios de piedad; así como los servicios de oficina.

También se pide que se prevea con responsabilidad el reinicio de actividades, según las posibilidades de cada comunidad, evitando la aglomeración de personas. Así también, el servicio que muchos fieles comprometidos ofrecen a la iglesia pueda dirigirse en estas circunstancias al cuidado, higienización, acompañamiento y organización de las celebraciones, para cuidar el buen desempeño y el cuidado de cada uno.