Prevén tregua de 72 horas en Yemen

Adén. Las armas podrían callar este jueves en Yemen, gracias a una tregua renovable de 72 horas, anunciada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), tras diez días de violencia por los enfrentamientos entre el ejército y la milicia chiíta hutí e intensas presiones internacionales.

El cese el fuego entraría en vigor el miércoles a las 23:59 locales, indicó este lunes Ismail Ould Cheij Ahmed, mediador de la ONU en este país, al afirmar que recibió garantías de «todas las partes yemeníes».

Unas horas antes, el presidente de Yemen, Abd Rabbo Mansour Hadi, cuyas fuerzas de seguridad luchan contra los rebeldes chiítas con el apoyo de una coalición militar encabezada por Arabia Saudita, aceptó una tregua de 72 horas que puede ser prolongada.

Al anunciar la noticia, el ministro de Relaciones Exteriores yemení, Abdelmalek Al Mejlafi, estableció una serie de condiciones, entre ellas la instalación de un comité de verificación de la tregua, el fin del asedio en Taez, una importante ciudad del suroeste cercada por el grupo armado, y la distribución sin trabas de ayuda humanitaria.

Arabia Saudita, a través de su jefe de la diplomacia Adel Al Jubeir, se declaró a favor de la tregua antes del anuncio del organismo internacional «a condición de que sea respetada por los rebeldes», reportó el diario Asharq al Awsat.

Los insurgentes aun no han reaccionado al anuncio del alto al fuego, el sexto desde el inicio en marzo de 2015 de un conflicto que ha causado más de 6 mil 900 muertos y desplazado a tres millones de yemeníes.

Las cinco anteriores treguas no lograron consolidarse y volaron en pedazos.

En un comunicado, Cheij Ahmed subrayó que esta tregua «ahorrará a la población yemení nuevos derramamientos de sangre y posibilitará ampliar el suministro de ayuda humanitaria».

Cerca de tres millones de personas en Yemen requieren ayuda alimentaria inmediata y 1.5 millones de niños sufren desnutrición, según Unicef.

Además, indicó que la nueva tregua retoma los términos de la del 10 de abril, que no se mantuvo, y según la cual los beligerantes «tienen obligación de posibilitar el acceso humanitario libre y sin trabas» y cesar «las actividades militares de cualquier tipo».

El mediador también pidió «a todas las partes yemeníes, a los países de la región y a la comunidad internacional promover el pleno respeto de este cese de hostilidades» y hacer lo posible para que conduzca a una solución «permanente y durable para el conflicto».

Las negociaciones de paz interyemeníes fueron suspendidas el 6 agosto pasado luego de tres meses de negociaciones infructuosas en Kuwait, bajo patrocinio de la ONU.

El conflicto opone las fuerzas pro gubernamentales, apoyadas desde marzo de 2015 por una alianza de nueve países árabo-sunitas liderada por Arabia Saudita, a los rebeldes hutís, aliados a fuerzas leales al ex jefe mandatario Ali Abdallah Saleh.

Los rebeldes controlan la capital Saná y regiones del norte, el oeste y el centro.

Las fuerzas favorables a Hadi retomaron zonas del sur, pero tienen dificultades para avanzar pese a la campaña aérea intensiva de la coalición árabe, acusada de haber causado muchas víctimas civiles.

El 8 de octubre, ataques aéreos de la coalición árabe realizados durante una ceremonia fúnebre en Saná causaron 140 muertos y 525 heridos, de acuerdo con cifras de la ONU, desatando protestas en la comunidad internacional.