Paco Jémez, el hijo del cantante y su futbol flamenco

Paco Jémez lleva el flamenco en la sangre, es una herencia de su padre, un cantaor de voz potente y áspera, casi igual a la que retumbará en la Noria, aunque ahí será bajo el ritmo del futbol.

Es hijo de Francisco Crespo Aguilar, mejor conocido como Lucas de Écija gracias a las complejas melodías que solía entonar entre Andalucía y Las Palmas, donde nació un entrenador que ‘retó’ al sistema desde Vallecas, en Madrid.

La vida como el hijo del cantante fue todo menos cómoda: faltaron los lujos pero sobraba el coraje, implantado desde la médula en cada equipo que dirige, siempre bajo una filosofía que no permite especulaciones.

Valiente como él solo, soñó con un día ganarle la posesión al Barcelona y así lo logró: Lo hizo en la temporada 2015/16 de la Liga, en un partido donde el Rayo salió goleado por 5-2, una tragedia que no lo fue tanto cuando se apropió el 57% del balón.

En España, el Barcelona fue su ‘Bestia Negra’, la que le encajó 31 goles en siete partidos y a la que vulneró sólo en cuatro ocasiones, pero ni eso amedrentó a Jémez, que recibió el temperamento de su creador y la perseverancia de las artes, a las que aún honra guitarra en mano y con verso al cielo.

Paco es un tipo de sangre caliente y lágrima fácil, con la sensibilidad artística tatuada en el planteamiento y sin temor al fracaso, justo como el bailaor a medio cante y al filo del escenario, sudando, sufriendo, pero entregado a su público con fiereza inigualable.

De su garganta saldrá el fandango y en Cruz Azul nacerá el baile, con la precisión casi histriónica que convertirá al estadio en una sala de espectáculo garantizado, al menos en el papel, como hace más de medio siglo lo hiciera Lucas de Écija con su flamenco cordobés.

El talento de Jémez no fluyó en el canto, pero fue llevado al futbol, ahora a recitarse en la Liga MX con la fuerza de un cante jondo, tan desgarrador como un descenso pero con el romance a flor de piel, con el estilo anhelado por siempre en tierra celeste que de nuevo sueña con alcanzar la gloria.