Mexicano podria ser condenado a muerte por 4 asesinatos y violación en EU

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Arturo Juárez Suárez, oriundo de Zacapu, Michoacán, podría ser condenado a muerte en los Estados Unidos en los próximos meses, esto bajo los cargos de un asesinato cuádruple y violación de una mujer.

El inculpado asesinó al esposo de su ex cuñada, a los dos hijos de ambos y a un hermano del primero, además de violar a la hermana de su ex esposa.

De acuerdo a lo narrado por las autoridades norteamericanas, así como por la victima que sobrevivió y el propio asesino, en un documento que data del 14 de julio de 1998, así como dos posteriores, se afirma que Suárez era un trabajador de temporada, durante 3 o 4 años había vivido en un remolque estacionado en un patio cerrado, se dedicaba a la cría de caballos y la ganadería en monte Vernon Road, en Auburn, California.

Alejado de su esposa y su hija, que residían en México, Suárez se mantuvo en contacto con los hermanos de su esposa, José M., de 37 años, y Juan M., de 28 años, junto con la familia de José, una mujer y 2 niños , que vivían en Galt.

Sin embargo, según la confesión grabada de Suárez, hubo una fricción entre Suárez y la familia Martínez.

“Los Martínez no me aceptan como parte de la familia, y a mí no me gustaba como me trataban”, dijo Suárez en declaración.

Citando a las autoridades, “Su resentimiento le provocó «nerviosismo» y, finalmente, un plan para matar a todos ellos”.

El plan que surgió fue cavar un agujero lo suficientemente grande como para meter 5 cuerpos, “una hazaña”, Suárez dijo nerviosamente, y además precisó que cabo alrededor de 3 horas en el lunes o martes antes de ese fatídico domingo, 12 de julio, fecha que los documentos muestran como del asesinato.

«Incluso cuando estaba haciendo el agujero, estaba temblando, estaba nervioso», Suárez recordó.

El domingo, José Martínez y su esposa llegaron a Auburn con su hijo, Jack, 5, y su hija, Arele, 3, junto con el hermano de José, para una visita acordada con Suárez.

Y es que una semana antes, Martínez había acordado recoger a Suárez en su coche y llevarlo de vuelta al Consulado de México en Sacramento, donde iba a renovar sus documentos de inmigración.

Fue durante esta visita que Suárez llevó a los hermanos Martínez a un punto del rancho donde un matorral de Moras cubría la visibilidad, esto con mentiras, argumentando que necesitaba buscar un ganado antes de partir, era ahí donde tenía la tumba que había preparado.

Fue así que a unas 300 yardas del remolque, José M. recibió dos disparos en la cabeza y Juan M. tres impactos.

Suárez dijo inicialmente a los oficiales que había tomado el rifle «para disparar a unos gallos o algo» y que los 2 hombres fueron golpeados por «accidente», esto durante una supuesta lucha después de que le habían acusado de engañar a su esposa, su hermana, dicen los documentos.

También dijo a los detectives que no fue sino hasta después de que él había disparado a los hermanos Martínez, que cavó el agujero.

Sin embargo, los investigadores señalaron que uno de los casquillos de bala había sido encontrado en el agujero. «No podría haber estado allí si no hubiera ya cavado el hoyo», un detective explica.

Después de arrastrar los cuerpos de los 2 a los hombres en la tumba, Suárez dijo que regresó a su remolque y ahí ato a su ex cuñada delante de sus hijos, quienes lloraban. El argumentó que no la violó, pero admitió cortar su ropa con un par de tijeras «la ate para que no escapara», reviró según los documentos.

Dejando a la mujer atada y pegada a una silla, Suárez llevó a los niños, Arele y Jack, de la mano hacia la tumba, y ahí los golpeó en repetidas ocasiones, “con un palo o una pala”, explicó y los arrojó en el agujero encima de su padre y su tío, según los documentos.

«Yo no sé si estaban vivos o muertos», Suárez dijo a los detectives.

Resultados de la autopsia posterior indicaron que los niños estaban vivos, “el agujero estaba lleno de suciedad y por lo tanto habrían muerto de asfixia”, se lee.

Suárez dijo que regresó a su tráiler por la mujer que había atado. «Iba a llevarla a ver a los niños… Y luego la iba a matar a ella,» se cita en la transcripción.

Por su parte, la defensa alegó que esta parte de la transcripción esta «viciada», porque no refleja con exactitud las palabras que en realidad han sido dichas.

Tras su regreso, Suárez descubrió que la mujer ya no estaba donde la había dejado. Ella se había liberado y logró llegar a otra propiedad. Y los residentes de aquel lugar habían llamado al alguacil.

Cuando Suárez vio los coches policiacos llegar, corrió a una colina y vio como los uniformados, “vi como comenzaron a buscar a los hombres y los niños desaparecidos”, dijo.

Los policías no encontraron la tumba hasta la mañana siguiente, y para entonces, Suárez había huido con un automovilista a Sacramento, y luego se dirigió al sur a la casa de un familiar en Wilmington, cerca de Long Beach. Ahí fue capturado allí el 15 de julio.

Los familiares de Suárez han promovido varios recursos para revocar la pena capital, pero hasta ahora no han obtenido ninguna respuesta.

El FBI informó a la familia de las víctimas, que entonces radicaba en Santa Gertrudis, que los cuerpos fueron encontrados después de una intensa búsqueda con perros, debido a que habían sido enterrados a más de tres metros de profundidad.

Tras el crimen, familiares de Suárez dijeron: “Que Dios nos perdone, pero nosotros no perdonamos a Arturo, todos lo defienden, ¿y a las familias de las víctimas, qué?”.

Se espera que en los próximos meses se tenga una sentencia definitiva sobre el caso.

Fuente: xeu