El poderoso huracán Matthew golpeaba hoy Cabo Cañaveral donde se encuentra el Centro Espacial Kennedy, mientras azotaba la costa estadunidense de Florida tras dejar muerte y destrucción a su paso por Haití, Cuba y las Bahamas.
A las 08:00 el ojo del ciclón se ubicaba a 55 kilómetros al noreste de Cabo Cañaveral y sus vientos habían disminuido a 195 kilómetros por hora, pero seguía siendo un huracán “extremadamente peligroso”, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
Comunidades del sur de Florida en Miami Dade, Broward y Palm Beach despertaron este viernes aliviados, pues los daños eran “mínimos” al librar el paso del huracán que en cambio golpeaba zonas como Fort Pierce, Orlando y Jacksonville, en la costa centro y norte del estado.
Las autoridades ordenaron el desalojo de más de dos millones de personas en Florida, Georgia y las Carolinas y decretaron el estado de emergencia por la mayor tormenta en 100 años, según la calificaron algunos meteorólogos.
El gobernador de Florida, Rick Scott, advirtió en varias ocasiones a tomar en serio la tormenta, instando a 1.5 millones de residentes a evacuar zonas de peligro describiendo a Matthew con frases contundentes como «esta tormenta va a matar”.
Unas 27 mil personas pasaron la noche en unos 200 albergues debido a la tormenta a lo largo de los estados bajo emergencia, dijo esta mañana Roberto Baltodano, portavoz Nacional de la Cruz Roja Americana.
Unas 300 mil personas permanecían sin luz en Florida, según un reporte de la cadena CNN esta mañana.
Ante la amenaza de Matthew, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó una declaración de emergencia para Florida y Carolina del Sur que permite destinar ayuda federal a los esfuerzos estatales y locales para enfrentar las «condiciones de emergencia» por el huracán.
De acuerdo a fuentes oficiales, a su paso por el Caribe Matthew ya dejó casi 300 muertos con algunos informes que dicen que la cifra es mucho más alta.
En Cuba, la limpieza por el paso de Matthew ya y ha comenzado. En Baracoa, en el extremo oriental de la isla, fue devastado por la marejada y vientos de 160 kilómetros por hora.
Mientras que en las Bahamas, la tormenta se abrió paso entre la cadena de islas, arrancando el techo de una casa en Nassau en el primer gran huracán para golpear él capital de la cadena de islas desde finales de la década de 1920.