Lance Stroll, el piloto al que su papá le dio un Fórmula 1 llave en mano

Tal la historia de fábula de Lance Stroll , un joven canadiense que desde la semana pasada tiene 18 años y que acaba de ser confirmado por el legendario equipo Williams de Fórmula 1como uno de sus pilotos para la temporada 2017. La presentación tuvo lugar ayer, pese a que era un secreto a voces: el principal sponsor del equipo, una licorera italiana, decidió esperar hasta que su nuevo piloto alcanzara la mayoría de edad para anunciarlo.

El joven Lance, el primer canadiense en la F.1 desde que Jacques Villeneuve corriera su último GP en Alemania 2006, es apenas el co-protagonista de la historia. El rol principal hasta aquí lo desempeñó su padre Lawrence, un multimillonario de 57 años que reside en Ginebra (Suiza) y que, con una fortuna valuada en 2400 millones de dólares, figura en la lista de los 1000 hombres más ricos del planeta, según Forbes. Sus excentricidades y su amor por el vértigo acabaron por conseguir la butaca.

Lawrence Stroll es un mago de los negocios en el campo de la indumentaria: hizo crecer marcas como Tommy Hilfiger o Michael Kors, tuvo a su cargo el marketing de Ralph Lauren en Europa y acabó adquiriendo la joyería Asprey. La mayoría de esas marcas se convirtieron en auspiciantes de equipos de Fórmula 1. Su socio Silas Chou asegura que todo lo que Stroll toca con las manos «se convierte en oro».

Buena parte de sus ingresos fueron invertidos en la colección de unas 25 Ferrari, incluida una GTB/4 que en 2013 le costó casi 30 millones de dólares. Para acelerarlas, se compró el circuito de Mont Tremblant, dónde en 1968 se disputó el GP de Canadá de F1. Si en 2010 ya estaba grandecito para correr en la máxima categoría, pensó que su hijo de 12, en cambio, podía tener futuro.

Lance entró a formar parte en 2010 de la Ferrari Academy, con la mira puesta en integrar algún día la escuadra oficial de F1. Pero Lawrence entendió, a comienzos de 2016, que Ferrari no era el sitio adecuado para su hijo -mucha política, grandes nombres y pocas posibilidades- y entonces cambió de estrategia.

Pagó para que Williams tomara a Lance como piloto de ensayos; compró el equipo italiano Prema Powerteam de Fórmula 3 y lo dotó con algunos ingenieros de Williams para que Lance pudiera alcanzar el título europeo, lo que el chico consiguió con 14 victorias. Financió, con 20 millones de dólares, una gira del joven piloto durante siete meses por los actuales circuitos de F1 al volante de un Williams-Mercedes 2014, con el ex tester de McLaren Gary Paffett como coach, a modo de preparación para el año próximo. Y finalmente logró su cometido: su hijo reemplazará al brasileño Felipe Massa , a cambio de unos 30 millones de dólares.

«Lance probó hace rato que sus credenciales son válidas para la Fórmula 1», dijo ayer Claire Williams, la hija de Sir Frank, titular del equipo. «Realmente merece el asiento». El finlandés Valtteri Bottas será su compañero.

Cientos de padres consumaron enormes sacrificios para que sus hijos alcanzaran la Fórmula 1: Anthony Hamilton llegó a tener cuatro trabajos para sostener la campaña en karting de su hijo Lewis. Pero el caso Stroll es inédito. Y seguramente irrepetible.