diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), la formación de izquierda prokurda de Turquía, fueron detenidos hoy, lo que ha causado un terremoto político en este país y tensiones diplomáticas.
Los dos copresidentes del HDP, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, y otros seis parlamentarios fueron enviados a prisión preventiva por el tribunal de Diyarbakir, la «capital» de las regiones kurdas del país, mientras que tres quedaron en libertad bajo control judicial.
El HDP, tercer partido del hemiciclo turco, tiene 59 escaños y se caracteriza por su defensa de los derechos de la minoría kurda a la que pertenece gran parte de su electorado.
Un comunicado del partido describe las detenciones como «purga» instigada por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con la finalidad de «clausurar el partido» que se opone a su ambición de reformar la Constitución y atribuirse poderes ejecutivos.
«Es un día oscuro no sólo para nuestro partido sino para toda Turquía y la región, dado que significa el fin de la democracia en Turquía», asevera el comunicado.
Kemal Kiliçdaroglu, dirigente del partido socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición, criticó los arrestos diciendo que «quienes vinieron con las elecciones, sólo se podrán ir con elecciones».
«Sí, claro, pero quienes después de ser elegidos se meten en el terrorismo, deben rendir cuentas», respondió el primer ministro, Binali Yildirim, en declaraciones a la cadena CNNTürk.
Yildirim recordó que desde que el Parlamento votó en mayo pasado anular la inmunidad de sus miembros, los tribunales han citado a 154 diputados, «de los que todos fueron a declarar, salvo los del HDP, del que sólo fue uno, mientras que 54 se han negado».
A los diputados se les interroga dentro de una investigación sobre supuestos vínculos del HDP con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda.
También deben responder a preguntas sobre las protestas de octubre de 2014, que dejaron decenas de muertos en luchas entre activistas de la izquierda kurda e islamistas, enfrentados por el asedio del grupo terrorista Estado Islámico (EI) a la ciudad kurda de Kobane en Siria.
Aunque los detenidos no han sido formalmente acusados en el proceso judicial, han sido encarcelados de forma preventiva, algo que ha criticado uno de los cofundadores del partido gubernamental AKP, Mehmet Ali Sahin, expresidente del Parlamento.
En su opinión, «la distribución de escaños no debe variar por las detenciones», lo que de hecho no se prevé que ocurra, salvo si el HDP dimitiera en bloque, algo que el partido descartó hoy de forma rotunda.
Además de Demirtas y Yüksekdag, han pasado a prisión Idris Baluken, Nursel Aydogan, Gülser Yildirim, Ferhat Encü y Leyla Birlik, mientras que han quedado en libertad Sirri Süreyya Önder, Imam Tasçier y Ziya Pir, y todavía se decide sobre el caso de Abdullah Zeydan y Selma Irmak.
«Al pedir solidaridad no pedimos que nos apoyen: pedimos que se prevenga una guerra civil y se salve la democracia», dijo el diputado Mithat Sancar en una rueda de prensa del HDP.
Los arrestos han suscitado protestas diplomáticas, entre ellas las de la embajada estadounidense, que se mostró en su cuenta de Twitter «profundamente preocupada, como amiga y aliada, de que Turquía haya detenido a los líderes del HDP, al tiempo que bloquea el acceso a internet».
Pidió «restaurar ahora el acceso a internet» de los ciudadanos, en referencia al bloqueo casi total que han sufrido redes sociales como Facebook y Twitter, y aplicaciones como Whatsapp, desde la medianoche, mientras que Skype se restableció a media mañana de hoy.
También la ministra de Estado de Alemania, Maria Böhmer, de visita en Ankara desde ayer, expresó su «enorme preocupación por el futuro de la democracia en Turquía».
Desde Berlín, el presidente alemán, Joachim Gauck, advirtió hoy de que Turquía puede estar desmantelando de facto el Estado de derecho y cuestionó si su línea política actual no implica que «se aparta definitivamente» de Europa.
Tanto Berlín como Copenhague convocaron hoy a los jefes de las embajadas turcas en esas capitales.
El ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, respondió que los diputados «se negaron a colaborar con la Justicia», que describió como «tan imparcial e independiente como la alemana», y rechazó que las autoridades alemanas interfieran «en los asuntos internos de Turquía».
Esta mañana sobre las 7.53 hora local (4.53 GMT), una furgoneta cargada con una tonelada de explosivos fue detonada cerca de una comisaría en un barrio periférico de Diyarbakir.
En el atentado murieron siete civiles y dos policías, así como el supuesto conductor, al que las autoridades consideran miembro del PKK, dado que la guerrilla usa con frecuencia la táctica de lanzar coches bomba contra edificios o vehículos de la policía.