ENTREGA ESPECIAL.

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Con Wenceslao Cisneros Amaya

ANECDOTARIO POLÍTICO.-  Corría el período 1995/1997. Asumía la presidencia municipal el Dr. José Luis Navarrete Caudillo.

Ya existía la banca de “Los Guampiros”, que era un grupo de amigos que nos reuníamos todas las noches en el jardín Álvaro Obregón, entre otros, Nabor Ochoa López, Mario Alberto Morán Cisneros, “El Taralatas” Martell, José Rolando Martínez Cisneros, Pepe Ortiz, Chilo Nando, Nicolás Robles Gómez (+), Sigfredo Zamora (+), Carlos Ochoa, Lalo Roca y muchos que no vienen en este momento a mi memoria.

Al asumir su mandato, el Dr. Navarrete nos invitó a colaborar en su administración a Nabor Ochoa López y al autor de esta columna. A Nabor lo nombró Director de Seguridad Pública y él se llevó como colaborador a Carlos Martell Mendoza (a) El Taralatas y el que escribe fue nombrado Coordinador de Política Reglamentaria y me llevé como Sub-coordinador a Mario Alberto Morán Cisneros.

A la mitad de su gobierno, el Dr. Navarrete impulsó a Nabor a la CNOP, o sea el sector popular del PRI, con el objeto de que comenzara una carrera política, ya que su formación universitaria le daba ese perfil.

Para eso, nombró como nuevo titular de la policía al señor Mario Zaizar Llerenas, quien se llevó como comandante de la corporación a Enrique Virgen Quiles, pues el anterior comandante Eliseo Estrada, compadre de Nabor, fue degradado a simple policía.

Más tardó Nabor en estar fuera de la corporación, que en organizar un complot para desestabilizar la seguridad del puerto y ordenó (aunque ya no era el Director) a todos los policías y a todos los oficiales y patrullas, que por ningún motivo fueran a obedecer órdenes de los nuevos mandos, hasta que él les instruyera.

Cada patrulla, cada puesto de vigilancia, recibía la consigna: “No obedezcan ninguna orden ni de Mario Zaizar Llerenas, ni de Enrique Virgen Quiles, hasta que yo les diga”.

La seguridad pública del puerto, se convirtió en un caos; las patrullas no iban a ningún llamado de la población y los policías permanecían en una especie de huelga por órdenes de Nabor Ochoa López.

La administración del Dr. José Luís Navarrete Caudillo se desestabilizó y todo era un caos, mientras que Nabor, escondido en algún lugar, no cesaba en mandarles mensajes y órdenes de indisciplina a los policías.

El problema lo resolvió el presidente Municipal al nombrar al Lic. Pablo de la Mora, como nuevo director de Seguridad Pública y hasta entonces cesó Nabor de estar realizando estas maniobras de desestabilización del mandato del hombre que le había dado la primera oportunidad de ingresar a la administración pública y que lo había proyectado a un cargo partidista de tipo puramente político; de esta manera Nabor le “agradeció” su buen gesto al galeno Navarrete.

Hasta el último día de su muerte, Navarrete guardó en su corazón esa actitud traicionera y desleal de Nabor Ochoa López, al que consideraba que podía ser su delfín en la política.

Nabor Ochoa López nunca mas volvió ni siquiera a saludar al Dr. Navarrete y cuando sufría los estragos del mortal cáncer, nunca lo visitó o preguntó por su salud.

¿Este sujeto es el que quiere seguir incrustado en la política? ¿Un tipo desleal, traicionero, que ha andado de partido en partido que tanto ofendió al PRI, cuando se fue al PAN para contender por la presidencia municipal?

RIVIERA CASINO: En este centro de apuestas, ubicado sobre el boulevard Miguel de la Madrid, existe un sujeto que es el gerente general o el jefe de personal, que adopta una actitud prepotente, intolerante, grosera y amenazante en contra de las personas que acuden a ese lugar a distraerse un poco de las labores cotidianas.

Más que encargado de un casino, parece policía persecutor, pues ha adoptado una actitud grosera y amenazante en contra del público que ahí asiste.

Sus superiores deben de cesarlo de inmediato, aunque él diga que nadie lo puede correr por la relación que lleva con quienes son los propietarios del Casino.

PICO ZEPEDA: Cada día se ve más cerca la hora de la verdad. Pico Zepeda, el joven de la e terna sonrisa está realizando una buena labor como legislador, por lo que sus seguidores no dudan en que pueda derrotar a Gabriela Benavides, en los próximos comicios electorales.

VIRGILIO ZEPEDA: Deberá de solicitar licencia al Cabildo para separarse del cargo, a más tardar el día 15 de febrero de este año, para poder cumplir con los tiempos que marca la Ley electoral.

Muchos opinan que si Ignacio Peralta es el candidato del PRI, de seguro que será un choque de trenes, con la diferencia de que a Nacho lo impulsan sus amistades de las grandes ligas del gobierno federal y a Virgilio lo empujan los sufragantes.