El padrote tricolor… “frasco peligroso”
Javier Montes Camarena
“Y cuatro meses me voy a estar contigo / los otros cuatro /contigo con otra y otra”
Antonio Aguilar (+)
28-mayo-2015.
Déjenme decirles que un frasco puede ser un recipiente de agua o de veneno. El mismo envase puede alojar una medicina o una sustancia letal. Por eso importa la etiqueta.
Confiamos en el marbete para identificar la composición del líquido, para mantenerla lejos de los niños, para aplicar la dosis correcta, para separar los líquidos de la cocina de los del botiquín.
La etiqueta, eso es lo importante para contar con la información veraz y comprensible de lo que uno va a comprar. El consumidor, como el votante requiere saber que va a adquirir para poder decidir. No puede aventurarse a probar con las tripas el misterio de los frascos.
El padrote tricolor Francisco “Pico” Zepeda es un frasco sin etiqueta porque carece de contenido político. Este sinvergüenza puede ser un garrafón de gasolina, una botella de orines o una bacinica con desechos fecales. Pico Zepeda es lo que otros viertan en el recipiente. Es un envase, un frasco vacío.
¿Alguien puede dudar del peligro que significa beber de un frasco sin nombre? Lo han advertido los manzanillenses y creo que tienen razón. Un político sin ideas es un político peligroso. Ya lo hemos advertido al escucharlo en entrevistas radiofónicas donde la ocurrencia y las pendejadas son sus propuestas.
“Pico” el padrote, es un candidato atractivo solo para sus güilas, un enfermo sexual, un proveedor de casas “chicas”, una caratula, un actor que representa al macho topador con muchas amantes, sus respaldos provienen de su vacuidad. No es raro que así sea.
¿Qué mejor oportunidad de algunos millonarios porteños para patrocinar a un político descerebrado que no presenta el inconveniente de pensar por sí mismo? Notarios públicos con claroscuros, restauranteros con nuevas prosperidades, constructores de muy mala fama, empresarios portuarios de muy dudosa calidad empresarial y políticos corruptos como Nabor Ochoa López quien es el titiritero de Pico.
Conforme se acerca el día de la elección (faltan 10 días), parece claro que el escándalo de sus amantes no ha sido un resbalón menor, sus güilas se pasean por todos los rincones haciendo campaña política sintiéndose las primeras damas, compitiendo en amores y simpatías con la distinguida señora esposa de este padrote desvergonzado.
La incapacidad del candidato del PRI-Partido Verde a la presidencia municipal de Manzanillo para lidiar ágilmente con lo imprevisto lo hacen mostrar su vulnerabilidad, ejemplos: Los pleitos con el “asquitos” Nacho Peralta al que hoy descalifica y pide mejor votar por Jorge Luís Preciado del PAN, los pleitos con “Pollo mocho” Sergio Sánchez, los insultos hacia Virgilio Mendoza Amezcua, la estupidez de bajarle la amante a “La Chila”, convertir en un burdel su casa de campaña de dónde ya caminan varias jovencitas embarazadas o qué decir de los pleitos de sus amantes en restaurantes de postín lo que nos demuestra el frasco vacío de un candidato frívolo que gusta de la degradación de la mujer.
Los escándalos no se evaporan fácilmente sobre todo cuando se conectan con la familia, cuando alimentan un recelo preexistente. Esa es la puntería del escándalo en sus innumerables vidas muy conocidas con varias de sus amantes.
Muchos creen que Francisco “Pico” Zepeda es un político en busca de un papel decente, honorable, ya se vio, sólo busca, en compañía de su cómplice “La rata prieta” Nabor Ochoa López, saquear la comuna porteña, la sociedad porteña lo sabe, lo cual convierte la etiqueta del frasco en una definición.
Digo definición pero debo decir padrote de siete suelas, sus affaires con sus “güilas” no lo convierte en un político temible sino risible. Bastaron tan sólo 45 días de campaña para que “Pico” se ganara las peores descalificaciones: el ridículo.
Sus arranques virulentos han provocado que “Pico” Zepeda perdiera credibilidad, cualidad que nunca tuvo. No será fácil que los manzanillenses voten por él, sobre todo, cuando acude a entrevistas en las canaletas de televisión local y se vuelve amoroso y cariñoso con su verdadera esposa en una telenovela difícil de creer lo que ratifica que se trata de un político de aparador al que destruye la luz natural.
Este gigolo de banqueta nunca ha mostrado habilidad política, parece ser que su talento termina con allegarse gente ambiciosa del grupo de Nabor Ochoa, como lo es el junior millonario (que hoy busca el poder) Fernando Bravo Sandoval quien regresa a la política bajo el amparo y las órdenes del hijo de doña Nico. O qué decir de Mario Morán Cisneros de mala fama pública en su paso por la Oficialía mayor o del ingeniero Salvador Reyes que hizo lodo en Obras públicas en la administración de Nabor Ochoa, mismos que ya andan haciendo trinquetes y negocios por fuera como los paneles solares.
Francisco Zepeda navega con instrumentos de navegación prestados. No contempla a Manzanillo con sus propias herramientas, la honorabilidad y la honestidad brillan por su ausencia. Carente de ideas propias, su vínculo con el puerto es indirecto: el que la corte de putitas e incondicionales le ofrecen.
En fin, el frasco no se llena desde dentro ¿Con qué elementos podría aspirar a ganar la contienda electoral del próximo 7 de junio si su arrogancia, soberbia y estupideces lo hacen su “asesor” principal?
Votar por un frasco vacío es arriesgarse a beber una botella de amoniaco con la ilusión de que sea agua de horchata. ¡Cuidado!
Ahí se ven.
Enlacitos:
Trompetilla: Vaya gazapo de la delegación de la PGR en el estado al tratar de exonerar al narcogobierno de Colima y a su principal capo Mario Anguiano Moreno. No se midieron. Por eso anda el país como anda.
PRI vs PRI: Lamentable la actitud del cuestionado ex líder de los taxistas Juan Maldonado Mendieta quien ha tratado por todos los medios de descalificar a la receptora de rentas Esperanza Avalos Leyva. Juanito debe escoger pleitos donde pueda aspirar a empatar ya no digamos ganar. Creo que se equivocó de rival. A rectificar Juanito.





