Las lágrimas que Antonio Mohamed derramó tras obtener el pase a la Final ante América, tenían una razón de ser; no solo era la alegría de haber eliminado a su exequipo, sino por una historia triste de su pasado.

Han pasado 16 años desde que el excéntrico Mohamed vistió la playera del cuadro regiomontano y se ganó el corazón de la afición, sin saber que en esa ciudad dejaría los más grandes recuerdos que tiene de su hijo Farid, quien en el 2006 falleciera en un accidene automovilístico en Alemania.

El Turco le había hecho dos promesas a su hijo, ascender a Huracán y regresar a Rayados para hacer campeón al equipo de sus amores y a pesar de la derrota 1-0 en el partido de Ida de la Gran Final ante Pachuca, Mohamed tiene cerca la posibilidad de cumplirle a Farid Mohamed, quien en aquellos años, era la «mascota» del equipo.

Y es que era una tradición que en todos los partidos que Rayados jugaba como local en el estadio Tecnológico, que Farid saltara a la cancha acompañado por la mascota del equipo o por la botarga de un patrocinador del equipo; pero tanto era su fanatismo que cuenta el Turco que Farid comenzó a vestirse del pequeño osito Bimbo.

“Mi hijo nació en México, era fiel a la mascota del equipo y todas las fotos que tengo de él son con la mascota saliendo con el Monterrey y con el osito de Bimbo. Tengo recuerdos muy grandes de lo que es Monterrey”, declaró el Turco en 2011 cuando viajó a Monterrey como DT de Independiente para la despedida de Jesús Arellano, después a su llegada a Rayados para tomar el timón en 2015, recordó que su hijo se ponía la botarga de osito y así salía a la cancha.

Es así que el próximo domingo, como ya es su costumbre, Mohamed dejará libre un lugar para colocar el rosario que partido a partido porta, esperando que la cancha del estadio de Rayados evocaque aquellos recuerdos del ángel que tiene, un fiel aficionado del Monterrey y quien le podría cumplir la promesa de hacer campeón al equipo de sus amores.

Fuente: Mediotiempo