El lunes se podrá ver una superluna

Según informó la agencia DPA, Guido Thimm, gerente del Centro de Astronomía de la Universidad de Heidelberg, en el sur de Alemania, explicó que «cuanto más cerca está la Luna de la Tierra, mayor es la fuerza gravitatoria. Esto puede producir mareas vivas más fuertes».

Sin embargo, no se esperan efectos graves. El 14 de noviembre, exactamente a las 13:52 GMT (10:52 de Argentina) tendrá lugar la fase de luna llena. Sólo tres horas antes, la Luna se situará extremadamente cerca a la Tierra, a tan sólo 356.509 kilómetros de distancia.

Después de ese día habrá que esperar hasta el 7 de abril de 2020 para verla a una distancia parecida, a 356.907 kilómetros de la Tierra.

El 4 de enero de 1912 estuvo todavía más cerca al situarse a tan sólo 356.375 kilómetros.

La cercanía lunar también influirá en las mareas vivas, como se conoce a una pleamar especialmente alta y a una bajamar más baja de lo normal. Aproximadamente cada 14 días -en luna llena o luna nueva- la luna, la Tierra y el Sol se sitúan en línea. La marea alta es entonces unos centímetros más alta de lo habitual y la marea baja algo más baja. Normalmente una marea viva de este tipo apenas llama la atención.

También la corteza terrestre se ve afectada. «La Luna tira de un lado, el Sol del otro. La Tierra se convierte un poco en una pelota de rugby», explica el astrónomo. Sin embargo, la deformación es realmente pequeña y no se esperan efectos dramáticos, como terremotos debido a la proximidad de la Luna. «Los procesos en el interior de la Tierra juegan un papel mucho más grande», agrega.

No obstante, tampoco se debe infravalorar la importancia de la Luna. «La Luna determina desde hace millones de años la vida en la Tierra». De acuerdo con el astrónomo, sin ella la Tierra giraría de manera irregular. La Luna proporciona estabilidad al eje terrestre. «Es como una especie de pastor que cuida de su gran rebaño de ovejas», agregó.