Columna | La Panga

Seré un gobernador respetuoso del presidente pero exigente para las necesidades de los colimenses: Virgilio Mendoza Amezcua

Mayahuel Hurtado Ortiz

En domingo Ramos, antes de que iniciara su recorrido por el mercado del Valle de las Garzas y el conocido tianguis de “La Pulga” tuve la oportunidad de entrevistar al candidato del Partido Verde Ecologista de México, Virgilio Mendoza Amezcua, catorce temas de gran importancia fueron respondidos por el dos veces alcalde de Manzanillo y regidor porteño, y es que nadie como él conoce los temas más sentidos de la zona costera del estado de Colima.

Desde sus primeros años de vida, la arena, el sol y olor a mar le acompañaron, sus ojos fueron testigos de lo majestuoso de Cuyutlán, del bello paisaje de la playa El Paraíso, pero también durante su etapa estudiantil y laboral conoció Tecuanillo, Boca de Pascuales, Boca de Apiza y el Real y culminó su trayectoria en el puerto de Manzanillo, donde fue parte de la administración municipal, en donde se desempeñó en la Dirección de Desarrollo Social, y donde las playas Ventanas, Las Brisas, La Boquita, Miramar, La Audiencia y La Peña Blanca, fueron zonas que visitó una y otra vez llevando apoyos a la gente.

Hoy décadas después de haber sido testigo del desarrollo en el puerto y de la injusticia social por parte de los gobiernos estatal y federal para la costa, levanta la voz y busca ser gobernador para impulsar el sector pesquero, aprovechando la circunstancia natural y sustentable que ofrece esta actividad económica, pero no sólo eso, el gran olvido en el que ha permanecido el sector turístico, para que las hermosas playas de Colima estén destinadas a ser más que parajes marinos que encanten al turismo bastimentero, urgente que existan proyectos para convertirnos en un destino frecuente, todo esto está en el plan de gobierno de Mendoza Amezcua, realizar eventos de relevancia nacional, contar con infraestructura hotelera necesaria y la creación de un Centro de Convenciones para ser sede de grandes eventos, además de proyectos para atraer turismo que no avanzaron por la tramitología ejecutiva.

Pero no sólo eso, a Manzanillo se le debe la verdadera armonización Puerto-Ciudad que tienen otras entidades, que desarrollan como actividad económica principal el comercio exterior y el transporte de mercancías vía terrestre. Hace algunas administraciones las obras compensatorias y las gestiones ante la autoridad federal fueron en alguna medida, regresarle a Manzanillo lo que se había afectado por tener a uno de los puertos más importantes en América Latina; porque gracias a la actividad que se realiza desde Manzanillo, el estado de Colima ha sido una tierra próspera.

En la visión de Mendoza Amezcua está el hacer justicia a la zona costera y a los municipios que no están cercanos a la zona norte del estado y se han visto abandonados de los gobiernos estatales; pero también es levantar la voz y pedir a la federación una retribución justa para lo que Manzanillo representa a través del poderío portuario.

El listado es grande y el campo colimense debe retomar ese lugar privilegiado que alguna vez se tuvo a través de los productores, impulsar al campo es la forma que garantiza la sustentabilidad en una región, pero también está el llevar la justicia y la equidad a las zonas rurales, consistente en servicios públicos fundamentales, entre ellos garantizar servicios de educación, salud y agua potable, entre un listado de pendientes de administraciones estatales y federales anteriores.

Los ejes principales de la propuesta de Virgilio Mendoza son Educación, Salud y Seguridad pública, pero para ellos se requiere la ayuda de la federación y pedir lo que en justicia corresponde, por eso no vacila en decir “Seré un gobernador respetuoso del presidente pero exigente para las necesidades de los colimenses”. Sin olvidar hacer de nuestro estado un sitio apto para mujeres, para niños, adolescentes y jóvenes. Hacer a mayor escala el trabajo de la defensa de las mujeres que se realizó en Manzanillo, a través de los refugios, los apoyos a la educación que son más que uniformes escolares, eran becas, apoyos a infraestructura, servicios públicos y pago de intendentes; la creación de Casas del estudiante, el fomento al deporte, a la cultura y las artes, donde adolescentes y jóvenes eran el centro.

El listado es grande, pero cuando hay voluntad política y vocación por servir a la gente, todo es posible, por eso cada vez hay más sumas al proyecto de Virgilio Mendoza, que representa a la costa y a los municipios olvidados por la centralización del reparto de los recursos y de las acciones de gobierno de administraciones estatales.

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