Con una longitud de 40 kilómetros, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) proyecta el tendido de una línea de transmisión eléctrica, “debido al alto índice de crecimiento demográfico e industrial que se está dando, por lo que es indispensable contar con un abastecimiento oportuno que permita la confiabilidad del suministro de electricidad”.
De acuerdo con el proyecto, en la zona donde se pretende construir esta línea eléctrica hay una influencia antrópica muy alta, ya que esta obra se desarrollará cerca de nuevos desarrollos urbanos y por el aumento de las actividades industriales y mineras.
La Manifestación de Impacto Ambiental presentada por la paraestatal ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con el propósito de solicitar la autorización del proyecto en esa materia, señala que para seleccionar la trayectoria de la línea de transmisión se consideraron aspectos ambientales tales como el paisaje, visibilidad, protección contra incendios y zonas con abundante presencia de vegetación, además de que se descartaron zonas arqueológicas.
El documento entregado a la dependencia considera que ese proyecto es viable desde el punto de vista normativo jurídico ambiental.
Expone: “De los instrumentos identificados, revisados y analizados que regulan de alguna manera las actividades constructivas, operativas y de mantenimiento de esta línea de transmisión eléctrica en usos de suelo urbano, agrícola, forestal, cuerpos de agua y áreas naturales protegidas no se especifica ningún tipo de restricción o que sean prohibitivas o incompatibles como para que no se lleve a cabo la realización de este proyecto”.
No obstante, para mantener una sustentabilidad o viabilidad del proyecto en la región, propone una serie de medidas de prevención, mitigación y compensación de los impactos que cause la obra.
En la zona del proyecto se detectaron dos especies de flora amenazadas —una de ellas endémica—, y otra en situación de protección ambiental, sin embargo previamente a la realización del proyecto la MIA propone ejecutar una serie de medidas de mitigación para la conservación de los recursos forestales que podrían verse afectados por la apertura de la brecha forestal.
Así también, dos especies de aves, una de saurio y dos de serpientes se encuentran en situación de amenaza; una de aves, dos de saurios, una de serpiente y una de anfibios en protección especial.
En suma, la MIA establece que el desarrollo del proyecto ocasionará impactos ambientales, pero el análisis previo señala que “la mayoría de éstos son de baja significancia, ya que en su mayoría son mitigables”.
La CFE reconoce en el estudio que el desmonte y el despalme es la actividad que tendrá mayores repercusiones sobre la cobertura vegetal, ya que por el tipo de vegetación presente (selva baja caducifolia, selva mediana subcaducifolia y bosque de encino) “predomina vegetación arbórea que tendrá que ser eliminada, sin embargo con la implementación de un esquema de manejo de vegetación se mantendrá el estrato arbustivo y herbáceo y también se implementarán acciones para proteger en sitio y rescatar y reubicar especies de flora protegidas, lo que reducirá significativamente el referido impacto”.
Con información de Diario Avanzada.





