Candelario Herrera y María de Jesús López son dos adultos mayores que viven en la orilla de la Laguna de Cuyutlán en la parte que corresponde a la colonia Punta Grande; ahí construyeron un par de chozas hechas de madera, láminas y plástico y las utilizan una para dormir y la otra como una pequeña cocina ambas con el piso de tierra inundado por las aguas del vaso lacustre.
A decir de sus vecinos, esta humedad en la que viven los hace victimas de diversas enfermedades, pero principalmente expuestos a un ataque de los cocodrilos que habitan en la laguna, los cuales dicen se aparecen en las inmediaciones a cualquier hora del día, atraídos quizá por el olor de sus magros alimentos.
Candelario y María, al parecer tienen varios hijos que se han olvidado de la pareja que paciente y con mil necesidades esperan el llamado de la naturaleza, la cual tal vez les brinde todo lo que la vida les ha negado.






