Con Wenceslao Cisneros Amaya.
OBITUARIO: La semana última del mes de diciembre pasado, falleció en la ciudad de Colima, mi compañero de la añorada Escuela Secundaria No. 3, Agustín Martell Valencia.
Aparte, fue mi vecino en el Sector 6, ya que él vivía atrás de mi casa que se encontraba sobre la avenida Niños Héroes.
Agustín cursó los tres años de secundaria conmigo.
Fue integrante de la “Generación Ciclónica” de esa escuela secundaria, ya que precisamente ingresamos a primer año en 1959 (iniciamos las clases en Septiembre de 1959) y en Octubre (el día 27) de ese año, fue el azote de ese pavoroso huracán que destruyó gran parte del Estado y dejó una estela de más de 5 mil muertos.
Egresamos en 1962 y cada quien tomó su camino para irse a diversas escuelas del país; muchos se fueron a estudiar a la Escuela Náutica de Mazatlán y otros a la Escuela Naval Militar de la Armada de México, ubicada en Antón Lizardo, población cercana a la ciudad de Veracruz.
A Guadalajara nos fuimos Julio Armando Macías Solano que se tituló de médico y murió hace dos años, Manuel Bonilla Ramos, que ahora vive en Puerto Vallarta y que se tituló de Ingeniero Mecánico, José Isabel Magaña Sandoval, que se tituló como Licenciado en Economía, J. Jesús Rentería Núñez, que junto con el que escribe, obtuvimos el título de Abogado en la Universidad de Guadalajara.
Agustín se fue a estudiar a Colima y se convirtió en líder estudiantil de la Universidad de Colima y después lo fue de la burocracia estatal y municipal, en donde dedicó muchas horas de su vida, para luchar por los derechos de sus agremiados, hasta que llegó el traidor de Martín Flores, quien coludido con el fallecido Silverio Cavazos, lo depusieron del cargo, mandándolo al ostracismo en una oscura oficina administrativa.
Agustín fue diputado local y regidor y también fue presidente suplente de Colima, al dejar
ese cargo el fallecido Licenciado Carlos de la Madrid Virgen, quien pidió licencia para irse de candidato a gobernador del Estado.
También fue líder de la CNOP a nivel estatal y ocupó importantes cargos en el PRI.
Agustín fue hijo de don Ramón Martell, un honesto pescador que perteneció a una generación de pescadores que ya no existe y que fueron Don José Ávalos (a) El Frijol, papa de Esperanza Ávalos Leyva, don Águedo Suárez, papá del capitán Fausto Suárez Estrella, don Pedro Figueroa (a) El Baturro, papá de mi amigo Pedro Figueroa, Don Ramón Loza (a) El Tostón, padre de Bertha Loza Ochoa, que fuera princesa de las fiestas de Mayo hace muchos ayeres.
La vida es demasiado corta y cuando conoces a alguien desde que eres niño, se te hace más corta.
Agustín perteneció a una camada de chamacos (entre ellos el que escribe) que a diario íbamos a bañarnos a la Playita de En medio, en donde jugábamos todos los deportes, desde futbol, hasta natación.
A todos sus hermanos, nuestras sinceras condolencias, rogándole a Dios que pronto mitiguen esa pena tan grande.
¡NO PRESTE LIBROS! Me decía un compañero también escritor de Grijalbo, que las mejores bibliotecas se surten de libros prestados.
Yo acabo de prestar el libro de mi autoría “En Las Entrañas del Monstruo” a una comerciante de la calle Carrillo Puerto y me comentan que dijo: “Yo creo que a Wenceslao el Succar Kuri lo surtía de chamaquitas menores de edad”. En lugar de darme coraje, me dio risa; si así hubiera sido, nunca hubiera escrito ese libro.
Por cierto que ese comentario lo hizo también otro comerciante de esa misma rúa y que está enfrente de la primera mencionada.
A propósito de esa calle, hemos recibido información grave de que un sujeto, también comerciante, molesta a los chamacos que van a la escuela que está en esa calle cruzamiento con González Bocanegra, molestias que consisten en propuestas sexuales o simples manoseos, a cambio de regalarles una camisa o un pantalón de su propio negocio.
Los padres de familia pronto harán una junta con el Director de esa escuela para advertirle el peligro que corren sus hijos ante la conducta reprobable de este sujeto, que externa sus preferencias sexuales con menores de edad.
Si insiste en molestar a esos menores, nos veremos precisados a revelar su nombre y a denunciar los hechos ante una autoridad. Por lo pronto, solo damos sus iniciales: F.O.CH.
VIRGILIO MENDOZA: Los estrategas priístas ya deben de estar quemándose los sesos para escoger con mucho cuidado, a la persona que contenderá con el armeritense para la gubernatura del Estado.
No encuentro gallo que le pueda hacer sombra a Mendoza Amescua, pues tiene de su lado algo que no se compra en la esquina o en una miscelánea y que se llama carisma, independientemente de que ha dado muestras de ser un estupendo político y un gran administrador.
¡Aguas! Lo vaticino a tiempo.






