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     Javier Montes Camarena

 

 

      PRD: muchos años en el fracaso

 

         Como ninguna muerte mata el ridículo

                                                                      JMC

 

23/Octubre / 2014

 

Déjenme decirles que tan siquiera con una pizca de autocrítica y honestidad política que tuvieran los < perredistas > de Manzanillo, ninguno de ellos podrá negar que en los años que llevan entre nosotros el Partido de la Revolución Democrática (PRD) está muerto, no está en terapia intensiva, está políticamente muerto.

Para los del Sol Azteca el problema empieza desde el principio. En el puerto los pocos amarillos que quedan practican con singular alegría la deshonestidad y la corrupción, no se diga la deshonestidad a secas.

Para nadie es un secreto que la franquicia perredista en Manzanillo está devaluada, hoy, cuentan  en la comuna manzanillense con un regidor que no es de izquierda pero, que ha salido muy bueno para las Tranza-acciones, el tipo ha sabido adecuarse al acuerdo bajo la mesa, ha sabido colocarse en la fila de las reparticiones, ocasionando su complicidad gravísimos costos políticos y de paso, “consolidando la defraudación interna de su partido”.

En Manzanillo lo que queda del PRD es un partido al borde de la extinción, colocado muy por debajo de las preferencias electorales, con una representación popular viciada y suspirando por la$ bu$ca$ que se originan por su devaluación como “Tonto útil” al servicio de la comuna.

Aislado, sin futuro y dividido, el PRD se enfila hacía su enésima derrota en el 2015. Sólo que ahora sin posibilidad alguna, de restaurar la unidad interna de su menguante membresía, porque el choque de trenes que se dará entre las tribus locales dejará más fracturas que la salida de Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué la historia del PRD en el puerto es el fracaso y la repetición del fracaso? Sencillo, sus militantes se desgarran en asuntos personales y de conveniencia, utilizando políticas radicales de todo o nada que les ha demostrado que no los llevan a nada. ¿Cómo es posible que los amarillos no entiendan la torpeza de sus desencuentros?

Las tribus perredistas porteñas son muy buenas para levantar tempestades pero, que no sirven para regar el jardín, a los amarillos se les ha olvidado formar cuadros nuevos que llenen la ilusión de una sociedad que sólo ve a ese partido como una cofradía de revoltosos, no entienden que los ciudadanos requieren una izquierda civilizada que acepte las reglas democráticas a cabalidad.

Hoy, el PRD porteño ya tiene su candidato a la Presidencia Municipal de Manzanillo, la unción del abanderado en la persona del locutor de radio Luís Ayala Campos, la presenciamos como un regreso al pasado priista, una confirmación de las más viejas prácticas del viejo PRI, pero en la izquierda del puerto.

El PRD de un plumazo ha entregado la candidatura a la alcaldía de Manzanillo a un personaje popular que no tiene historia política en el PRD y mucho menos se acerca a la doctrina de la izquierda y, por ende, no conoce los intrincados pasillos perversos de los perredistas que sólo lo van utilizar para lograr, primero, con su popularidad los votos suficientes para asegurar el registro y, segundo, para aspirar a ocupar una regiduría en el próximo cabildo. De la capacidad política e intelectual del señor Ayala Campos, para presentarse como aspirante a la alcaldía ya hablaremos en otra ocasión.

Me queda claro qué el PRD con su candidato a la alcaldía porteña ya en ciernes, nos deja la lectura política que la presencia del comunicador radiofónico no parece entusiasmar a nadie más que a ellos y a sus amigos, Luís Ayala, no pesa en el mundillo político y, mucho menos, en el ánimo de los clanes perredistas, tiene sí la candidatura pero, su futuro político no prefigura cosas buenas cuando lo que está a la vista es la elección más atemorizante para un PRD que es un cadáver insepulto en Manzanillo.

En fin, la ruta del deterioro interno de los amarillos sigue su curso y no se ve en el mediano plazo que esta tendencia se pueda revertir, o sea, los perredistas y su < flamante Güichin > están destinados al fracaso, esa es su realidad y deben irla asimilándola, ojala Luís Ayala Campos lo entienda, él sabe que lo apreció pero, no puedo mentirle a mi amigo y compañero locutor de muchos años en las estaciones de radio.

Espero verlo de regidor, me agradaría mucho.