Encuentran ejecutado a sacerdote de Janamuato, Michoacán

El sacerdote católico, José Alfredo López Guillén, fue encontrado asesinado a balazos en un predio de la comunidad de Las Guayabas, en el municipio de Puruándiro, tras haber sido secuestrado durante la madrugada del pasado martes.

La Procuraduría General de Justicia de Michoacán confirmó el homicidio del prelado, quien se desempeñaba como párroco en el templo de La Santísima Trinidad, ubicado en la comunidad de Janamuato, en Puruándiro.

El cadáver del religioso fue localizado anoche encobijado y con varios impactos de arma de fuego por pobladores de Las Guayabas, en un predio a orillas de la carretera estatal Puruándiro-Zináparo.

La Policía Ministerial impidió a reporteros acercarse a la zona para ocultar momentáneamente la identidad del prelado, quien fue visto por última vez durante la noche del 19 de septiembre en la casa parroquial, de donde faltaban una camioneta marca Chevrolet, tipo Tornado, y un automóvil Volkswagen, tipo Jetta, ambos propiedad del sacerdote. El vehículo compacto fue localizado volcado y abandonado la mañana del martes.

La Arquidiócesis de Morelia condenó el asesinato de José Alfredo López, quien recientemente regresó de una viaje al Vaticano con el cardenal Alberto Suárez Inda.

«Lo único que podemos asegurar es que el lunes 19 pasado por la noche todavía estuvo en la casa parroquial con algunas personas cuyos nombres desconozco, y que el martes por la madrugada, día 20, fue encontrado su vehículo accidentado y abandonado en un paraje cercano a la población de Quiroga», precisó el pasado sábado el cardenal.

Una fuente cercana al gobernador Silvano Aureoles Conejo confirmó que personal de la PGJ filtró a una agencia de noticias de Morelia un video en el que se aseguraba que el 19 de septiembre aparecía el sacerdote saliendo del hotel “Loma Linda” de Puruándiro, con un menor de edad.

Liliana Arriaga habitante de Puruándiro, identificó al hombre y al menor como su esposo y su hijo respectivamente, quienes ese día cenaron en el restaurante del hotel.

Habitantes de Janamuato incluso aseguraron que no existía parecido físico entre el sacerdote católico y el esposo de Liliana Arriaga, quien por temor a represalias pidió reservar la identidad de sus familiares.