J. Wenceslao Cisneros Amaya
VIOLENCIA E INSEGURIDAD: La paz y la tranquilidad de que los manzanillenses todavía hace unos cuantos años gozaban, se han visto rotas ante la incursión del crimen organizado en nuestro otrora puerto seguro.
En lo que es el Barrio 1 de la colonia Valle de las Garzas, tan solo en lo que fue la semana anterior, van cinco ejecuciones con igual número de muertos y las gentes vecinas de esos andadores está invadida del pánico porque ya nomás de ver una pareja en motocicleta y con una cangurera, se imaginan que son los moto sicarios.
La mayoría de los asesinatos han sido por ajuste de cuentas, ya que hay infinidad de vendedores de droga que lo hacen sin alinearse a determinado cártel que domina o pretende dominar lo que ellos le llaman la plaza.
La seguridad se ha perdido. Pero yo me pregunto: ¿Qué hace el almirante que ahora dirige la Dirección de Seguridad Pública Municipal?
¿Cree que con ponerse los entorchados que ha ganado en su carrera de militar marino le sirve para amedrentar a los malosos?
Yo creo que este señor no sabe ni madres de cuestiones policíacas, pues no es lo mismo comandar un barco, que cuidar la seguridad de una ciudad de más de 100 mil habitantes como es Manzanillo.
Las cámaras de video – vigilancia han sido puestas en lugares en donde hay mayor confluencia de público, como si los sicarios quisieran asesinar y luego sonreírle a las cámaras; las cámaras deben de situarse en los lugares más oscuros porque para esas zonas corren quienes cometen una fechoría.
La alcaldesa debe de hacerle una prueba para saber si el contra almirante es capaz o no en cuestiones de investigación:
Para empezar, que lo ponga a buscar el “cinto escondido” para ver si lo halla.
Enseguida, que lo ponga a investigar la Entidad, pueblo o ciudad, calle. Número de la casa y colonia, donde vio la primera luz la famosa andarina “Afi – Pri”.
La tercera sería que investigue como se llamó el primero y el décimo marido de la “Chiclera”, el nombre de esos maridos, ocupación y cuál fue su última dirección, incluyendo Estado, ciudad, calle, número y colonia.
También sería recomendable que lo enviara a una de las farmacias que hay en el puerto y le ordene que con solo ver una caja de condones para el sexo oral, determine de “que sabor es la caja que le pongan a la vista”.
Y por último, que lo mande a la ciudad de Colima e investigue en la estatua del Rey Colimán que está en la glorieta de la entrada a la ciudad ¿Qué esconde debajo de la faldita el otrora rey indígena? Si es machete o pistola o si es eunuco, porque a simple vista no revela bulto alguno.
Si logra desentrañar estos misterios que le encomiende la alcaldesa, ¡guau! Tendremos un Sherlock Holmes redivivo que ya estará capacitado para ir a enfrentar los ataques del crimen organizado.
Alguien muy cercano a él, nos comentó que en cuanto el señor oyó la balacera en donde se estaba atentando contra otros civiles, le preguntó: “¿Dónde tomo el camión para Tijuana?”.
Es claro que la culpa de todo lo que pasa en el puerto como son los asesinatos que a diario se cometen, no es atribución total y absoluta de la policía preventiva municipal , sino de las
demás corporaciones que también deben de entrar al quite, sobre todo la Estatal Preventiva, que con los ciudadanos de bien, que están inermes, llegan a sus casas, rompen las puertas y se meten y sacan a los moradores y después de ponerles una madriza, los pasan al Ministerio Público, dizque “porque les encontraron droga” y cuando se trata de toparle al crimen organizado, siempre ponen pretextos para no ir a los operativos.
Unos dicen: “Es que me duele la panza, tengo retortijones”, otros dicen: “No ni madres, yo no voy, que vayan los más pendejos” y tranquilamente se amodorran e ignoran las órdenes de sus superiores y a veces se atreven a ripostarle: “vaya usted si tiene güevos”.
Total, que mientras unas corporaciones le sacan al bulto, otras se hacen que la virgen les manda un fax y no acuden cuando reportan un acto de esta naturaleza.
Por eso los vecinos de esa zona donde se han cometido los últimos crímenes ya viven ahora entre rejas, pues han puesto protecciones por todos lados, en espera de que eso los proteja de cualquier ataque a sus domicilios.
La verdad es que los sicarios se han conducido con cordura, pues hasta ahorita no han reportado lo que Calderón llamó “daños colaterales”, es decir, los sicarios no se han equivocado de personas y solo han ultimado a la persona que van a matar, nunca le disparan a todo mundo, sino específicamente al sujeto que van a buscar para asesinarlo.
Esto indica que algunos cárteles si cumplen con el Código de Honor de no ultimar personas ajenas a sus conflictos.
Entretanto veremos cómo reacciona el vicealmirante con las pruebas a que se verá sometido para graduar su capacidad.
*El autor es abogado por la Universidad de Guadalajara; Maestro en Ciencias Penales por la Universidad de Colima y Doctorante en Derecho por el Instituto Internacional del Derecho y el Estado, Campus Colima.





