Con poca actitud para lo que exigía un guión de reacción inmediata y acabó recuperando autoestima gracias al planteamiento del rival.
El mensaje ofensivo en otro momento de Carlo Ancelotti comienza a tomar otro cariz. Sin Luka Modric, baja por fiebre, la apuesta por Illarramendi antes que por Isco es un mensaje a navegantes. Enfrente tendría un equipo que apuesta por el fútbol en cualquier escenario. El Rayo Vallecano no se arruga y sale por el balón. Deja espacios y corre riesgos. El mejor escenario para la magia de Isco.
Pero la derrota deja heridas y Ancelotti quiso cerrarlas antes del duelo europeo de cuartos de final ante el Borussia Dortmund. Illarramendi se solapa con Xabi Alonso, que en momentos del partido fue un tercer central, alejado de su zona de influencia. Los malos resultados también señalan jugadores y a Diego López comienza a poderle una campaña en su contra. Aficionados de su propio equipo le silbaron en un partido en el que no tuvo trabajo.
Salió el Real Madrid con intención de corregir errores recientes, enganchado a ese plus que da la presencia de Di María. El jugador que tanto añoraron en Sevilla, generó la primera acción clara para un Benzema que ha perdido el ángel. Por bajo no superó a Rubén con todo a favor para marcar y hacer plácida la noche desde su inicio.
Faltó continuidad en el juego madridista en el primer acto y juntar líneas. Un equipo muy largo, sin ayudas defensivas de los tres jugadores de arriba, fue dando confianza a un Rayo resucitado para la salvación. No era su guerra pero no iba a renunciar a nada en un extraño momento en el Bernabéu.