Los dueños de la funeraria Abbot & Hast, de Los Ángeles, encargados de amortajar a Marilyn Monroe, declararon que a los 36 años de edad, la actriz estaba envejecida, sucia y no lucía guapa ni glamorosa hace 43 años, tras fallecer por una sobredosis de Nembutal.
Allan Abbott, quien se encargó personalmente de los servicios de la actriz, declaró que ella no traía sus prótesis mamarias para incrementar el busto, ni su dentadura postiza, asimismo que llevaba tiempo sin depilarse las piernas y su cuello estaba amoratado e hinchado.
Agregó que la actriz no llevaba ropa interior y tenía pechos mucho más pequeños, ya que utilizaba prótesis encima de sus senos naturales para realzarlos; asimismo que su cabello no había sido teñido desde hacía tiempo, sus labios estaban muy agrietados y necesitaba una manicura y pedicura.
Narró que el día en que la encontraron presentaba rigor mortis de entre seis y ocho horas, por lo que el forense tuvo que hacer una reconstrucción del cadáver de la actriz que le llevó varias horas para que se pareciese al ícono sexual del cine.
Recordó que en la madrugada del 5 de agosto de 1962 debió ir a recoger el cuerpo de Norma Jean Baker, como realmente se llamaba Marilýn, a su casa de Brentwood para llevarla a la morgue y luego enterrarla.
Es importante mencionar que el encargado del servicio funerario editó un libro, Pardon My Hearse o Pardon mi coche fúnebre, donde cuenta todos estos los detalles, al igual que los entierros de muchos famosos de Hollywood.
Fuente: Excélsior






