San Valentín, el obispo que ‘matrimoniaba’ en secreto

San Valentín llegó, para el deleite de las y los ciudadanos que gustan festejar este día con el pretexto perfecto de compartir un desayuno, comida, cena u obsequio; o simplemente pasar el día con su persona especial ya sean esposos, novios o buenos amigos.

No es raro encontrar las calles del centro, así como puestos en las inmediaciones de los jardines con gran cantidad de presentes, tanto comestibles como utilizables, con el fin de arrancar una sonrisa en el rostro de sus seres queridos.

Sin duda, el 14 de febrero es una fecha muy esperada por los mexicanos, pero… ¿sabes cuál es su historia?

La verdadera historia de San Valentín nos lleva a la Roma de entre los siglos II y III. El Papa Víctor I le había consagrado al obispo en Terni, que vivía la persecución a los cristianos. Valentín no renunció a su fe y a la misión de anunciarla a las personas. La idea para hacerlo le vino de un anuncio del emperador Claudio II.

El mandatario romano había prohibido casarse a los soldados romanos. El motivo era que consideraba que los guerreros eran más fieros y eficaces en combate si estaban solteros. Si estuvieran casados, pensaba el emperador, no se arriesgarían tanto en la lucha para mantenerse vivos para sus familias. Y Roma los necesitaba porque se veía amenazada en sus fronteras por los pueblos germánicos.

En ese contexto aparece Valentín; el obispo se dedicó a casarlos en secreto bajo el rito cristiano. Se trataba de una práctica arriesgada en medio de la persecución y porque implicaba retar al emperador. Al final, Claudio oyó hablar de Valentín, que casi consigue convertirlo al cristianismo.