Por: Nonantzin Medina
No prometan, escuchen
Cada vez los tiempos electorales se anticipan con más tiempo, la carrera electoral comienza, ya, desde el minuto en donde se conocen los resultados del proceso anterior, todos quieren correr, todos quieren levantar la mano, todos quieren ser parte como candidatos, suplentes, etc.
Pero la vida política actual dista mucho de la que siempre conocimos, en donde los “ungidos”, los “señalados” y los “bendecidos” eran quienes encabezarían las candidaturas más “importantes” y los cargos que quedaban se daban entre “amigos” o por “pago de favores”.
Desde el 2000 fecha en que gana por primera vez la presidencia de la República un partido diferente al PRI, comienza el declive de los partidos políticos como tal, la mayoría de los ciudadanos empieza a ver más a la persona que es candidato, su trayectoria, su vida personal, su apariencia física, su carácter, su humor, etc., comienzan a ver que no es tan necesario votar por un partido, sino por la persona que lo representa.
A partir de ese año, se comienza a ver en México y en todos sus estados, una variedad de partidos en los diferentes cargos de elección popular. Pero, ante los malos gobiernos en los tres niveles de gobierno, la ciudadanía molesta exige un verdadero cambio, un cambio que venga a beneficiar a todos los sectores no solo a unos cuantos, es por eso que la imagen del actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador era, aunque ya muy conocido, como “una bocanada de aire puro, en medio de tanta contaminación”, muchos vieron y siguen viendo en él un salvador de malos gobiernos.
No vengo aquí a decir si su gobierno es malo, bueno o regular; pero evidentemente un gran error que cometieron muchos ciudadanos que creen y creyeron en el proyecto de AMLO es haber otorgado su sufragio en “cascada” por todo lo que representaba el partido que abanderaba al ahora titular del Ejecutivo federal. Regresamos, en el 2018, a lo que ya había sucedido, con ojos “cerrados” se tacho todo lo que olía a AMLO, pero que a dos años casi de esa decisión, muchos de los que ganaron “le han dejado a deber mucho” a los mexicanos que creyeron en ellos.
Como en todo proceso electoral, los candidatos se dedican a prometer, prometer, prometer, sin realmente analizar la viabilidad de sus promesas, en estos tiempos ningún candidato se puede decir “engañado” o que no sabía como era la situación real a la que se enfrentarían de obtener el triunfo. Ningún presidente municipal, por ejemplo, podría decir que cuando candidato no sabía la situación financiera, el como se manejan los recursos, en qué más se gasta y para lo que alcanza y no.
Así que, ante este tiempo, en donde ya se empiezan a perfilar aspirantes a los cargos de elección que habrán de renovarse en el 2021, quienes deseen participar, como pedirían muchos ciudadanos, dejen de prometer, conozcan las verdaderas necesidades de la población, comprométanse a lo que pueden resolver y analizar posibles soluciones para lo que no puedan hacer.
Volteen a ver a todos los sectores de la sociedad, no solo se vayan con los más vulnerables, que, aunque son los que más necesitan, al final de cuentas, todos los niveles, todos los sectores tienen necesidades y carencias, no por ganarse a unos, desamparen a los otros.
Si no van a bajarse el sueldo, mejor quédense callados, existen otras formas menos tontas para ganarse a la población, trabajen con ahínco, por la niñez, por los adolescentes, por trabajadores, empresarios, por los que emprenden, por los que tienen que pasar tiempo en una oficina, en una tienda, preocúpense por todo y por todos.
No prometan a manos llenas, sean congruentes con la verdadera situación que se enfrenta en el estado, en el país, en el mundo, humanícense y bajen del pedestal que la política les ha permitido, de manera incorrecta, subirse, Sean verdaderamente del pueblo, no sirvan intereses de otros políticos, sean únicos, transparentes y confiables y solo así, obtendrán el voto de la mayoría de los mexicanos.
Y ya cuando estén el poder, lleven a cabo acciones concretas, cumplan con lo prometido, políticas públicas que vengan a beneficiar a todos, y si no lo hicieren: “Que la Nación se los demande”.