La Revolución Mexicana cumple 109 años de haberse iniciado

La Revolución es el tercero de los grandes cambios en la vida política del país a los que suele aludir el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Descrita a menudo como la primera gran transformación del siglo XX, la Revolución Mexicana cumple este 20 de noviembre 109 años de haberse iniciado en 1910 como un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz.

La Revolución es el tercero de los grandes cambios en la vida política del país a los que suele aludir el presidente Andrés Manuel López Obrador -las primeras son la Independencia y la Reforma-, quien llama a su propio Gobierno la «Cuarta Transformación».

Pero aunque hay consenso sobre el inicio de la Revolución, no lo hay respecto a su final. A continuación los hechos fundamentales en torno a este proceso del que surgiría el México actual.

ORIGEN DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA


A principios del siglo XX distintos grupos estaban descontentos por causas como la prevalencia de un modelo económico injusto, la concentración de tierras en manos de unos cuantos, la ausencia de protección para los trabajadores y el autoritarismo del régimen de Díaz, quien llegó al poder por primera vez en 1876.

El empresario Francisco Ignacio Madero, crítico del régimen, publicó en 1910 un manifiesto conocido como el «Plan de San Luis», en el que llamó a un levantamiento armado contra el Gobierno a partir del 20 de noviembre de ese año. La revuelta se inició en distintos puntos del país y cundió rápidamente.

Contemplando al país alzado en su contra, Díaz renunció el 25 de mayo de 1911 y se exilió en Francia, muriendo en París en 1915.

PRESIDENCIA DE MADERO
En 1911 se realizaron nuevas elecciones en las cuales resultó elegido Madero, quien asumió la Presidencia el 6 de noviembre. Durante su gestión impulsó profundas reformas políticas, notable entre ellas la no reelección.

Huerta asumió la Presidencia y el 22 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados.

Pero la lucha continuó en los siguientes años por las pugnas entre las distintas facciones que iniciaron el movimiento revolucionario. Uno de los líderes descontentos fue Emiliano Zapata, quien al frente del Ejercito Libertador del Sur reclamaba a Madero haber incumplido la devolución de tierras a las comunidades indígenas y agrarias.

LA DECENA TRÁGICA
Posteriormente, Madero fue víctima de la asonada militar encabezada por el general Victoriano Huerta, conocida como la «Decena Trágica», que se desarrolló entre el 9 y el 19 de febrero de 1913.

Huerta asumió la Presidencia y el 22 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados.

Venustiano Carranza y Abraham González, como gobernadores maderistas, se pronunciaron en contra de Huerta. Mientras González fue asesinado, Carranza, con el Plan de Guadalupe, convocó al pueblo a tomar las armas para restablecer la legalidad en el país.

NUEVA ETAPA DE LA LUCHA
Se formó el Ejército Constitucionalista, con Francisco Villa en el norte, Álvaro Obregón en el noroeste, Pablo González en el centro, y Emiliano Zapata en el sur. Carranza y «Pancho» Villa combatieron al gobierno de facto hasta la renuncia de Huerta en julio de 1914.

Carranza se instaló como jefe del Ejecutivo, pero fue desconocido por una junta de jefes revolucionarios. Abandonó la capital en 1915 con el personal de su administración y reagrupó a su ejército. Recuperó la Ciudad de México en octubre de ese año.

UN FIN INDETERMINADO
Si bien se considera generalmente que la promulgación de la Constitución de 1917 puso fin a la Revolución Mexicana, la lucha se prolongó más tiempo antes de que el país se estabilizara.
Carranza tomó posesión como presidente bajo la nueva Constitución en diciembre de 1917, pero los movimientos armados revolucionarios seguían activos.

Se convocaron elecciones para 1920, en las que ganó el candidato de Carranza, Ignacio Bonillas. El general Álvaro Obregón, que se había postulado contra Bonillas, se levantó en armas con el apoyo de los grupos que seguían alzados. La rebelión triunfó y Carranza fue asesinado.

Adolfo de la Huerta se instaló como presidente provisional y se realizaron nuevas elecciones, en las que ganó Obregón.

Hay quienes consideran que el Gobierno de Obregón, que se extendió hasta 1924, marcó el fin de la Revolución, pero las luchas entre las diversas facciones continuaron.

El propio Obregón fue asesinado el 17 de julio de 1928 después de ganar las elecciones de ese año en virtud de una reforma constitucional aprobada el año anterior que le permitía postularse nuevamente a la Presidencia.

Otros más sostienen que la Revolución terminó durante el mandato del general Lázaro Cárdenas (1934-1940), quien llevó a la práctica muchos de los ideales revolucionarios como la distribución de tierras y los derechos laborales.

Con información de El Imparcial

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