La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Se acaba la moda de la figura de la primera dama
Beatriz Gutiérrez, digitalizará los acervos del país…

 

Desde siempre en nuestro país ha existido la distinción para la primera dama o la esposa del presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en donde dicha denominación no oficial que recibe la esposa del presidente de México, es un término es ceremonioso, no es un cargo electo ni nombrado, no tiene funciones, ni responsabilidades asignadas, ni autoridad sobre otras personas, ni devenga un salario u otra compensación; habitualmente solo debe cumplir ciertas funciones de carácter protocolario como acompañante del presidente en viajes o recepciones oficiales, y participar activamente en instituciones de índole benéfica o social.
Sin embargo este papel es ejercido, tradicionalmente, por la cónyuge del Presidente de México; generalmente la denominación a veces es empleada para referirse exclusivamente a la esposa o esposo del mandatario en funciones. Sin embargo, históricamente varias mujeres que no eran esposas del Presidente desempeñaron el rol de Primera Dama, como cuando el Jefe del Ejecutivo era viudo o soltero, o cuando la cónyuge del Presidente no podía cumplir por alguna circunstancia, con sus deberes de Primera Dama y en dichas circunstancias la posición fue ocupada por una familiar femenina del Presidente; como lo harían Hortensia Elías Calles, hija de Plutarco Elías Calles, y Guadalupe Díaz Ordaz Borja, hija de Gustavo Díaz Ordaz.
Y entonces amable lector, lectora si la denominación no era oficial ¿por qué tenía tanta relevancia en México?
Encontraremos que el único documento legal que hace referencia a la pareja del presidente de la república, es el reglamento del Estado Mayor Presidencial; que establece en su artículo 23 la conformación (dentro del esquema y organización del mismo) la llamada Sección sexta, como la responsable de organizar, coordinar, conducir y supervisar el desarrollo de los programas relativos a las actividades públicas de la esposa del primer mandatario, pero dicha mención es únicamente con fines organizativos de dicha institución y no confieren ningún reconocimiento, facultad o prerrogativa excepcional a quien ostente esa denominación.
En pocas palabras y con el debido respeto para quienes tuvieron esta denominación fue más una acción desde el depositario del poder para que la mujer se viera representada en una femenina, pero que no tomaba decisiones, solo “era la acompañante” y el titulo era honorario a pesar de las giras intensas de actividades de labor social en todo el territorio nacional y los riesgos que implica la actividad; pero a pesar de que el 17 de octubre 1953 el voto femenino fue un paso rumbo al empoderamiento, el papel de la Primera Dama, seguía tan limitado como siempre y sus deberes consistían en asistir a reuniones, ceremonias, actos oficiales y sociales, viajes nacionales e internacionales, ya sea con o en lugar del presidente; inaugurar escuelas, hospitales, velar por la asistencia social, participar en obras de carácter humanitarias y de caridad, asi como desde los años setentas ser Directora del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Pero estamos viviendo la transición democrática que vislumbraba Lorenzo Meyer desde 1998 y a 20 años después que México da un giro a la izquierda el presidente anuncia ayer que su esposa Beatriz Gutiérrez Müller “decidió no fungir como primera dama, por lo que participará como coordinadora de una iniciativa para el Archivo General de la Nación”.
Esta noticia sacudió al país, porque rompe categóricamente con la tradición de que la esposa del presidente ocupe el cargo de Primera Dama en donde no formaba parte de la toma de decisiones; y fue el día de ayer que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, la nombró como la Coordinadora del Consejo Asesor Honorario de la iniciativa de Memoria Histórica y Cultural de México, misma que se encargará de digitalizar los archivos históricos y culturales del país.
Fue ante la presencia de medios de comunicación de todo el país que el presidente electo AMLO dijo “Beatriz no quiere ser primera dama, lo ha decidido respetando también a quienes en otros tiempos han actuado con ese papel, respetando a las señoras esposas de los expresidentes. Pero son, la verdad, otros tiempos, y Beatriz se dedica a la investigación, a la literatura, a escribir y a atender a Jesús y de vez en cuando a quien les habla”.
Sin duda alguna amable lector, lectora, es un paso importante en donde quien tomará las decisiones en la Silla del Águila, a partir del primero de diciembre, ha dejado claro que son otros tiempos y otras maneras de pensar, de actuar y de elegir de las mujeres.
En ese mismo espacio Beatriz Gutiérrez externó que la mejor contribución que puede hacer es buscar las letras pasadas y colocarlas en su correcto sitio, hacer justicia a muchos olvidados que desde la Literatura hicieron grandes contribuciones para comprender el alma humana, expresarla y sanar; además de puntualizar “Este país tienen necesidades muy apremiantes, muy urgentes. Daré todo lo que tengo, quizá no mucho en relación con los grandes retos que se avisoran, pero sí, desde el corazón. Daré todo para quien requiera mi ayuda. Y si no me ven por mucho tiempo, recuerden que sigo laborando como antes en mi propio empleo universitario, en mi oficio de escribir y con mi familia a la que me debo y a la que necesito procurar”.
Si la apuesta es a empoderar a las mujeres, impulsar a aquellas que la historia y el arte olvidó y trabajar para que la mujer forme parte de la toma de decisiones, este paso hacia la izquierda habrá valido la pena.
Coincido en enriquecer la historia, digitalizarla para conservarla y enaltecer a personajes como Ricardo Flores Magón, entre muchos olvidados, pero que se haga con suma cautela y respeto, es en la historia y en la literatura y desde su enseñanza en las aulas, donde la juventud pude encontrar herramientas que mejoren su realidad y le permitan construir su futuro, pero además, es en la historia, donde se construirá la nueva versión del camino hacia un empoderamiento seguro de las mujeres. Al tiempo.

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