Por: J. Wenceslao Cisneros Amaya

GOBERNADOR PERALTA: El día 13 de este mes de marzo, mi hijo Sócrates Orlando Wenceslao Cisneros Montes cumplió nueve meses de que fue víctima de su artero crimen y Usted ni siquiera ha tenido la gentileza de recibirme, no obstante que hace más de dos meses le solicité una audiencia, para informarle, solo a Usted, todas las evidencias que tengo sobre quien mató a mi hijo, pero hasta el día de hoy no he recibido respuesta alguna.

Yo no soy de la “familia feliz” de la que forma parte de su gobierno, ni tampoco tengo un apellido rimbombante que denote que pertenezco a la realeza colimota, pero soy un ciudadano nacido en Manzanillo, que soy un profesionista que he puesto en alto el nombre de mi puerto y de mi Estado, tanto profesionalmente, como escritor de libros que han roto record de ventas a nivel nacional e internacional, que he culminado mi estudios de Doctor en Derecho y que me dedico a ejercer mi profesión honestamente y que además tuve la voluntad de votar por Usted.

Yo no quiero pedirle ni trabajo, ni becas, ni ninguna prerrogativa. Solo quiero hacerle una excitativa de justicia porque Usted es la máxima autoridad del Estado y yo soy un padre que ha sido víctima de la inseguridad que existe y como Usted no le dio la seguridad que merecía mi hijo como ciudadano y a la cual Usted tiene obligación, por eso quiero que me reciba para exponerle respetuosamente todo lo que hay en el entorno del homicidio de mi adorado hijo y ver si tiene la voluntad de hacerme justicia y no inclinarse a favor de “los malos”.

LICDA. MONSERRAT: Antier me abordaron unos amigos que trabajan como agentes del Ministerio Público del fuero común y me increparon respecto del comentario que anteriormente hice de la Licda. Monserrat (de la que no di mayores datos para que no la ubicaran). Ellos, compañeros de esa abogada se quejaron de que siendo una dama, porque me expresé tan groseramente de ella.

Les di mis razones y les hice ver que casi el total de funcionarios de esa Institución en el puerto se comportan en forma altanera y no saludan a los abogados ni al público y si se les saluda, ellos no contestan y miran para otra parte como si no lo vieran a uno.

Me argumentaron que por su posición como entes de gobierno tenían que conducirse de esa manera.

¡Están equivocados! Porque el Maestro José Guadalupe Franco Escobar, que es el Procurador, no actúa de esa manera, ni los ha instruido para que se comporten de esa manera.

Bueno, lo importante aquí es que, independientemente de que lo haré personalmente, en esta columna le retorno a la Licda. Monserrat su prestigio y su dignidad de mujer y le otorgo mis más amplias disculpas por el comentario que hice.

Servidos amigos agentes del Ministerio Público respecto de su petición.

UNA MODERNA MALINCHE: Margarita Zavala, que “trabaja” como esposa del ex presidente Felipe Calderón y disfruta de la jugosa pensión que este recibe, en su afán de obtener la candidatura a la presidencia de la república y eventualmente ser la primera mujer que asuma el cargo del poder ejecutivo, fue a los Estados Unidos de Norteamérica a “pedirle” a Donald Trump que no deje que Andrés Manuel López Obrador llegue a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos porque “es un peligro social”.

Entonces: ¿Quiere decir con esto que ya no importan las formas y que abiertamente esta mujer reconoce que el presidente norteamericano es quien palomea quien debe de ser el presidente de México?

¡Que bárbara! Entreguista, traidora a la Patria e inescrupulosa nos resultó la Zavala.

¿Bajo esa ideología gobernaría al país? ¿Reconociendo al presidente de Estados Unidos como el tutor de los mexicanos como si fuéramos no emancipados?

INSEGURIDAD ABSOLUTA: ¡Vaya! Hasta donde ha llegado la inseguridad en nuestra Entidad, que el pasado lunes el crimen organizado tuvo la osadía de dejar una cabeza de un masculino en un lugar anexo a la Oficialía del Registro Civil en el interior del edificio municipal, conocido como palacio municipal, en pleno centro de la ciudad, sin que nadie se enterara quien la dejó ahí, envuelta en una bolsa de plástico.

¿Qué objetivo perseguía el crimen organizado con ese evento?

¿Amedrentar a la presidenta municipal o a algún funcionario municipal?

Hasta donde se sabe, la cabeza perteneció a un policía que tripulaba la patrulla 145 o 155 de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, que tal vez tuvo nexos con el crimen organizado y no cumplió algún compromiso.

Lo que si debe de tomar en cuenta la alcaldesa es que, esa circunstancia le debe dar pie para que haga una limpia en la policía municipal, desde el Director que no sirve para nada, hasta el último policía, porque esto denota que esa dependencia está permeada y a ello se debe en gran parte, la inseguridad que priva en el municipio y la sarta de muertes dolosas que se han sucedido un día sí y otro también.

Y otra prueba de que la inseguridad priva por la incompetencia y por la alcahuetería del Director de la Policía Preventiva Municipal es el hecho de que antier apareció un cadáver a unos metros de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, en el Complejo de Seguridad, dejando una cartulina en donde se lee: “A ver si entiendes Contralmirante”, al menos eso dicen quienes vieron el cadáver con la cartulina.

Para acabarla, antier se fugó un reo de la Sala de Juicios Orales anexa al Juzgado especializado en el Nuevo Sistema de Justicia Penal y aunque ya fue recapturado, ello muestra la corrupción de las autoridades, porque no es posible que un reo se le evada a la policía procesal dependiente de la Policía Estatal Preventiva, pues cuando se lleva a cabo una audiencia, la policía custodia toda la sala y no hay por donde se les pueda escapar a los custodios.

Indudablemente que en este caso hubo connivencia en los policías y deben de ser investigados, pues se sabe que toda esa policía también está permeada y deben de haberse prestado para favorecer la huida de este reo.

Creo que al gobernador se le escapa cada día más de las manos, la gobernabilidad del Estado.

La delincuencia se burla de él y ya solo falta que en su cara le hagan changuitos con los dedos, empero él, ni sufre ni se acongoja; se dedica a otros rollos, menos a controlar la seguridad de la ciudadanía.