«ENTREGA ESPECIAL»

J. Wenceslao Cisneros Amaya.

PÉSAME: La familia Cisneros Montes expresa su mas sentidas condolencias para el periodista EDGAR CÁZARES por el fallecimiento de su señora madre.

Que Dios le de pronta resignación son los deseos de nuestra familia.

CONTINÚA LA INSEGURIDAD: Colima sigue siendo el Estado con mayor número de homicidios dolosos, muy por encima de otras entidades como Baja California, Guerrero y Michoacán, aunque, a fuerza de ser sinceros, la inseguridad no es privativa de Colima, sino de todo el país, empero, tal vez por la reducida superficie de nuestro Estado, se percibe con mayor magnitud, lo cual es cierto, pero no debemos de dejar de reconocer que el crimen organizado ha rebasado todas las expectativas gubernamentales e institucionales, pues es un monstruo de mil cabezas como la hidra mitológica, ya que más tardan en detener a un líder, que aparece otro.

Pero esto no es un fenómeno aleatorio o producto de la causalidad.

El perfeccionamiento de ese fenómeno llamado Crimen Organizado, se fue dando conforme se dieron las diversas fuerzas políticas que accedieron al poder, especialmente quienes encabezaron el Ejecutivo Federal.

Los primeros indicios de que se gestaba la organización de la delincuencia en nuestro país, se dio cuando Vicente Fox recién accedía a la presidencia de la república.

Se supo, en ese entonces, que Fox aceptó una reunión con los líderes del narcotráfico de esa época, Ismael Zambada y Juan José Esparragoza Moreno por el Cártel de Sinaloa, el papá de la actriz y conductora de televisión Yolanda Andrade, por una facción del Cártel de Sinaloa, Rafael Arellano Félix, por el Cártel de Tijuana, Osiel Cárdenas Guillén, por el Cártel de los Zetas y del Golfo, Jaime Camil, padre del actor, por el Cártel de Acapulco, Vicente Carrillo Fuentes , por el Cártel de Juárez, así como representantes de Rafael Caro Quintero, Miguel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca, toda vez que estos se encontraban detenidos en diversos reclusorios.

El Cártel Jalisco Nueva Generación aun no nacía.

La reunión se llevó a cabo en un lujoso restaurante de la ciudad de Apodaca, Nuevo León y fue precisamente el día 18 de Abril del 2001.

La junta la organizaron, su asesor en seguridad de Fox, Jorge Tello Peón, así como el General en retiro Mario Arturo Acosta Chaparro tristemente célebre por su proclividad a hacer uso de torturas en las investigaciones que realizaba cuando se le encomendó la persecución a los guerrilleros del 68.

Todos los líderes criminales llegaron vestidos con traje, corbata y botas de pieles exóticas, así como con sombreros 100 X y arribaron a los aeropuertos accesorios de Apodaca en sus aviones privados; en la terminal los esperaron camionetas blindadas y cada una con su respectiva docena de escoltas fuertemente armados.

La instrucción que dio Tello Peón a los capos ahí reunidos fue la siguiente: “el señor presidente los va a escuchar, va a emitir algunas recomendaciones y se retirará de inmediato sin aceptar preguntas”.

La comida consistió en cabrito al pastor, especialmente preparado en el Rey del Cabrito, célebre restaurante especializado en esa comida regional; y como botanas, machito, cabecita de cabrito, guacamole y frijoles con “veneno”.

Antes de consumir los alimentos, Vicente Fox dijo estas breves palabras: “Señores, yo permaneceré con ustedes cinco minutos más. Estoy arriesgando mi posición como jefe del ejecutivo, pero lo hago en beneficio de la tranquilidad y seguridad de los mexicanos; mi petición es que dejen de asesinar gente, dialoguen sobre los puntos ríspidos que tengan de sus negocios y lleguen a acuerdos, pero no me sigan matando mexicanos”.

“Mi sugerencia es de que se constituyan en una federación para que ustedes mismos y el gobierno mexicano puedan tener un control. Es todo señores, que disfruten su reunión”.

Lo interesante es que, el precio por asistir a esa junta con el presidente fue de 250 mil dólares por persona.

Así fue; en la misma semana se organizaron los jefes del crimen organizado y constituyeron una federación de narcotraficantes, misma que no duró más allá de un año, ante las impertinencias de Osiel Cárdenas, que todo lo quería resolver con violencia y con su brazo armado Los Zetas, así como por un evento que ordenó el presidente Fox: La extradición de los jefes de las organizaciones criminales a los Estados Unidos, lo que consideraron una traición.

Al desperdigarse los miembros del crimen organizado, la violencia se recrudeció y creció exponencialmente hasta llegar a lo que ahora sufrimos los ciudadanos; asesinatos sin ton, ni son, tan solo para probar que las cosas se arreglan con la muerte, con lo que infunden temor a sus contrarios.

El gobierno calderonista fue peor; Felipe Calderón, a diario sumido en la inconciencia por el abuso del alcohol, hizo uso de la violencia para detener a los criminales, lo cual resultó peor, pues las fuerzas armadas de los capos superó a las fuerzas militares y a las agencias policíacas, al extremo de asesinar a cientos de policías, soldados y marinos que siguieron las órdenes de Calderón.

Colima deriva su inseguridad de todos esos eventos fallidos de los gobernantes panistas, por intentar detener el avance del crimen organizado.

Y lo siguiente confirma mi hipótesis: En Tecomán hay cientos de soldados cuidando la ciudad y el día de ayer, a plena luz del sol (1 cuarenta del mediodía) dos grupos armados se enfrentaron entre sí, muriendo dos miembros de los grupos combatientes.

Lo grave fue que mucha gente quedó atrapada en medio de esa balacera, que afortunadamente no perdieron la vida.

¿Cómo puede explicar el general Cienfuegos esa incompetencia de su personal?

¡Averígüelo Vargas!

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