Controlar presión reduce riesgo de enfermedad vascular cerebral

No fumar ni beber alcohol en exceso y, hacer ejercicio también contribuyen, señala la Secretaría de Salud en el Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral

Llevar el control de la presión arterial elevada, evitar o limitar los alimentos ricos en colesterol, no fumar ni beber alcohol en exceso y hacer ejercicio regularmente son hábitos que reducen los riesgos de padecer la enfermedad vascular cerebral, segunda causa de muerte en el mundo y quinta en México, indica la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado.

En el marco del Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral, el Departamento de Enfermedades Crónicas y Envejecimiento de la dependencia agrega que para prevenir este padecimiento se recomienda, además, que las mujeres eviten el uso de pastillas anticonceptivas si tienen más de 30 años de edad y traten de resolver las situaciones crónicas de estrés.

Otras medidas que reducen el riesgo de padecer esta enfermedad, son mantener el régimen de medicamentos contra la hipertensión y controlar las enfermedades existentes (cardiacas y diabetes), siguiendo las recomendaciones del médico.

El área de la Secretaría de Salud señala que la enfermedad vascular cerebral es una alteración neurológica, que se presenta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres y se caracteriza por su aparición brusca, sin aviso, con síntomas de 24 horas o más, causando secuelas y muerte (es la causa más común de incapacidad en adultos y la quinta causa de defunción en el país).

Mencionó que existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de tener una EVC, como presión alta, problemas cardíacos, diabetes, colesterol alto, tabaquismo y alcoholismo, aumentando el riesgo según el número de factores que se presenten.

Asimismo, hay signos de alarma como el entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna; la ocurrencia súbita de visión borrosa o reducción de la visión en uno o ambos ojos; la aparición brusca de mareos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicaciones; la incapacidad repentina para comunicarse y, la aparición súbita de intenso dolor de cabeza sin causa conocida.

Estas señales pueden durar sólo unos cuantos minutos y luego desaparecer o pueden preceder a una enfermedad de mayores consecuencias que requiere atención médica inmediata, misma que puede salvar la vida de la persona y aumentar sus posibilidades de recuperación.

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