El representante del Poder Judicial / Opinión de Blanca Torres, Investigación Jurídica.
La aplicación del Derecho, preserva la dignidad humana guiada a través de valores y principios, para que sus representantes realicen sus actividades con honestidad y que, se sientan comprometidos con el servicio público en la impartición de la justicia, ya que si se transgreden las leyes, se vulnera directamente la dignidad de las personas.
Los representantes del Poder judicial, son el reflejo de la cultura interna de su propia institución, en donde existen funcionarios públicos que ejercen bien sus funciones y otros no tanto.
Actualmente las instituciones del Poder Judicial están siendo cuestionadas, de manera excesiva e injusta en algunos casos, ya que, algunas controversias se revisten de hechos sociales en donde, no siempre las leyes están plasmadas de manera concreta, por lo que el Juez bajo su criterio y de manera neutral hacia las partes, debe de resolver con justicia y equidad, incluso en nuestro Código Civil se encuentra plasmado que, a pesar de la obscuridad y la insuficiencia de la ley, no autorizan a los que imparten justicia, para que dejen de resolver una controversia. ¡El juez siempre tiene que resolver!.
Debiendo expresar eficientes y concretos razonamientos jurídicos, en dónde argumente bajo los principios de universalidad, coherencia, adecuación de las consecuencias moral y social, ya que son éstos son el eje central en la práctica del Derecho, Según AMAYA, A. (2011).[1]
La naturaleza del buen funcionario público, está conformada por virtudes que forman parte de su carácter como la honestidad, la justicia, la templanza y el alto grado de conocimiento jurídico, cuya capacidad es la de reconocer razones certeras para ejecutar las acciones con transparencia, disminuir la corrupción y erradicar la impunidad, por este motivo su gestión administrativa, se rige bajo sus propios principios, generando que las personas se acerquen a la institución en caso de que lo necesiten.
El poder Judicial ha reglamentado la correcta forma de ejercer su profesión, en leyes orgánicas, reglamentos internos, determinando así los procesos, etapas, alcances y límites.
Actualmente la manera en que procede la autoridad judicial, es regida por principios intrínsecos y no coercibles como el principio de excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad e independencia, según Simental Franco, V. (2017), [2] en donde su ejercicio profesional proyecte una firme argumentación empírica, analítica, normativa y precisa, fortaleciendo sus decisiones mediante conductas éticas.
[1] AMAYA, A. (2011). Virtudes, argumentación jurídica y ética judicial. Diánoia, LVI (67), 135-142.
[2] Simental Franco, V. (2017). Transparencia y ética judicial. Cuestiones Constitucionales, (36), 143-166.